La nueva Secretaría de Cultura

Bernardino Vazquez Mazatzi

La nueva Secretaría de Cultura recién creada por el gobierno federal deberá ser lo que los institutos de cultura de los estados y las direcciones del sector en los municipios no son siquiera en aproximación. Y también debieran estar manejados y dirigidos por gente afín al área, conocedor de las artes y la cultura y con sensibilidad para tratar con los creadores o depositarios del arte y la cultura.

No hay que negar que en algunos estados, Tlaxcala entre ellos, los institutos no son más que la apariencia de que se trabaja en la cultura, son refugio de funcionarios que no siempre funcionan pero que son recomendados o pago de cuotas políticas del gobierno en turno y muchas veces están al servicio de mafias de presuntos creadores de alguna disciplina artística y que son quienes se sirven con la cuchara grande las becas, apoyos federales y estatales, recursos extraordinarios y viajes, pero que no reflejan con sus resultados el costo que representan.

En algunos estados, Tlaxcala entre ellos, hay que ser pariente, compadre, recomendado, ahijado o padrino, miembro del mismo partido en el poder o de plano consecuente con el gobierno y con el titular del área cultural estatal o municipal para ser al menos recibido en el palacio de la ciencia y la sabiduría; y ay de aquel que se atreva a profanar con sospechas o manchar con verdades la imagen del sistema porque es criticado, aborrecido, echado y finalmente vetado.

En cambio los comparsas, los recomendados, los afines al partido, los consentidos, tienen la habilidad y el poder para hacerse de TODAS las becas, los apoyos estatales y federales y, aunque nadie lo pueda creer, tienen incluso garantizado el triunfo en algunos de los certámenes locales o nacionales en poesía, novela, cuento, pintura, fotografía y un largo etcétera. El caso es que si se les pregunta en qué galería se puede apreciar su trabajo, en qué librería están sus libros, en dónde presenta su obra o por qué medio se le puede escuchar o valorar simplemente no hay respuesta porque nunca hubo resultados.

La nueva Secretaría de Cultura debe priorizar la atención a los verdaderos creadores mediante apoyos financieros suficientes para el desarrollo de su capacidad creativa y para abrir los espacios en donde se exponga su talento. Y para saber si un sujeto tiene derecho a esos beneficios debe probar su trayectoria sostenida, constante, de resultados y continua y no dar preferencia a nadie que tenga que ver con el sistema de gobierno o los partidos o los recomendados.

La nueva secretaría de cultura debe reconocer, EN VIDA, la valía de quienes por años han entregado su vida y su talento a crear obras de arte en cualquiera de las disciplinas y la comparten sin mayor interés que demostrar generosidad, en caso de que ya no estén en vida, hacer un acto de justicia y conocer y reconocer a quienes han dejado una huella enorme en la cultura y las artes pero que la mezquindad e ignorancia del poder ha ocultado por ceguera y estupidez.

La nueva Secretaría de Cultura no debe convertirse en refugio de desempleados, en oportunidad para recomendados ni en pretexto para el elogio y la autocomplacencia de la gente en el poder. Si bien una de sus principales funciones está la de preservar el patrimonio artístico tangible e intangible y los monumentos e inmuebles históricos así como las manifestaciones culturales y las tradiciones de los pueblos y sociedades, la nueva dependencia federal no debe olvidarse que es la creación y la memoria del hombre los que hacen posible la existencia de la cultura y el arte.