Díganos el secreto, señor Secretario...

Bernardino Vazquez Mazatzi

Las declaraciones del Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, en el sentido de que la resistencia de la Coordinadora Nacional de la Educación a la evaluación docente es una estrategia pare impedir que se les despoje de privilegios logrados mediante la presión, la violencia y el chantaje, no nos sorprende; es más, pareciera que la sociedad lo supo siempre, o al menos antes que las autoridades si es que la versión de la autoridad educativa se da como un descubrimiento.

O a poco el magisterio disidente, los gobiernos de los estados, la autoridad federal y los líderes sindicales creen que el pueblo se traga eso de que la lucha de la CNTE contiene exigencias justas, peticiones democráticas, solicitudes en beneficio de la educación o que sus acciones son un movimiento revolucionario, reivindicatorio, idealista o social...

Eso de que tras los vergonzosos actos de violencia hay maestros es una mentira, una aberración... los verdaderos maestros, los auténticos docentes, los legítimos profesores y los genuinos pedagogos no están en las calles lastimando personas, robando productos, secuestrando autobuses, lesionando el derecho de los demás y violentando el estado de derecho, sino que están en el aula, enfrentando a una marabunta de chamacos latosos, responsabilizándose de la enseñanza, luchando por cumplir los contenidos académicos...

Eso lo sabe el secretario de educación pública, lo saben los gobernadores de los estados, el gobierno federal, los líderes sindicales, los periodistas y hasta las señoras rumorosas de cualquier vecindad. Y saben que en estados como Tlaxcala la CNTE no es más que un burdo y mediocre remedo de movimiento disidente y de sindicalismo revolucionario. Sus marchas, compuestas de amenazas y agresiones verbales y cuando mucho por 30 individuos, no puede ser un movimiento que pretenda modificar el sistema de enseñanza en México. Cuando mucho, lo que logran es modificar la circulación vehicular y el concepto que los tlaxcaltecas tienen de los familiares femeninos de los mínimos manifestantes.

Lo que al funcionario federal le faltó decirnos es qué tipo de privilegios defienden los educados manifestantes de la educación y quien o quienes se beneficiaban de ellos. La sospecha recae no sólo en los malos dirigentes sindicales, sino incluso en los gobiernos de estados y municipios que enquistan a familiares y amigos en las nóminas magisteriales engrasando así el gremio aeroespacial con más aviadores. Pero no nos conformamos con las sospechas. Nos gustaría saber nombres.

Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Guerrero y Michoacán, solo por mencionar cinco estados de la república, concentran el grueso de la peor situación educativa nacional e internacional. Ahí los índices de aprovechamiento, de deserción escolar y de analfabetismo son alarmantes, llegan incluso a una expresión de retraso en el tiempo ubicando la realidad educativa a la del siglo pasado e incluso en naciones de África. Eso a los de la CNTE y a quienes de ella se benefician los tiene sin cuidado si finalmente ni maestros son y sus intereses no son los de las aulas o los de los alumnos, sino el logro de canonjías y privilegios ilegítimos.

Sí son condenables los actos de resistencia civil de los disidentes pues con ellos no agreden al gobierno al quien consideran su enemigo, sino al pueblo en general, a quien nada tiene que ver con sus broncas y quien no puede solucionárselas... pero es mucho más vergonzoso y hasta degradante la actitud de quienes sirven como carne de cañón y se prestan para la violencia y el robo solo para beneficiar a quienes, en otro tiempo y lugar, negocian y obtienen prebendas, beneficios y canonjías que no comparten con los tontos que se asolean en las marchas y hasta se quedan sin voz gritando consignas o que hasta se humillan robándole sus grabadoras a los periodistas como lo hicieron las maestras "democráticas" de Tlaxcala.

Señor Secretario de Educación Pública, no sea malo y díganos de quienes se trata y que tipo de privilegios pierden quienes se oponen a la evaluación, ande...