Juan N. explicó que a raíz de que intensificaron su búsqueda, empezó una serie de llamadas anónimas en donde la amenaza y la intimidación era la constante.
María N. tiene apenas 19 años, a su corta edad vive sumida en un pánico profundo y permanente, su pesadilla, compartida con su familia, empezó desde el pasado 11 de junio, aunque sistemáticamente se ha negado a revelar lo que vivió durante los 39 días que estuvo fuera de su casa y alejada de su familia, sus padres presumen que fue víctima de una bien organizada banda dedicada a la trata de personas.
La odisea vivida por esta adolescente, originaria de Apizaco, trató de ser narrada por sus padres, quienes por obvias razones pidieron permanecer en el anonimato, Juan y Petra N, están seguros que su hija nunca salió del territorio tlaxcalteca, incluso, su desesperada búsqueda los obligó a incursionar en territorio peligroso para su empresa, Tenancingo, zona conocida por ser semillero de padrotes y lenones.
"Cuando la buscaba, cuando estaba investigando, gente de Tenancingo me cercó y me advirtió que dejara las cosas como estaban, que me fuera de ahí o para la próxima no saldría vivo, cuando se lo platiqué a los soldados, ellos mismos me dijeron que ya no regresara a ese lugar porque es muy peligroso", narró un desesperado Juan N.
En entrevista, tanto Juan como Petra N, están convencidos que su hija fue secuestrada por una banda dedicada al comercio de jovencitas, a quienes obligan a prostituirse y a traficar con drogas. "Son tantas cosas las que pensamos que en realidad no sabemos qué fue lo que pasó, pero sí creemos que fue secuestrada y drogada", insistió Juan N.
Según Juan N, la situación de su hija no es un caso aislado, pues actualmente, otra mujer de 28 años y originaria de San Isidro, El Cuernito, Apizaco, se encuentra desaparecida desde hace varios meses, la familia de esa persona también sospecha que fue secuestrada para ser prostituida.
La familia de María N. recurrió a todas las instancias para dar con su paradero, la Procuraduría de Tlaxcala, Derechos Humanos, la 23 Zona Militar, la Unidad Antisecuestros y la PGR, paradógicamente, el verdadero apoyo fluyó de las redes sociales, pero sobre todo, de una jovencita de 17 años, originaria de Apizaco, que también, meses atrás, había sido secuestrada para ejercer la prostitución y servir como "mula", es decir, era utilizada para transportar droga hacia diversos puntos del estado y del país.
"Ella fue la que nos pidió que la buscáramos, nos dio nombres de calles, lugares y hasta las ubicaciones de algunas cantinas. Nos narró cómo se prostituía y cómo vendía la droga, la verdad nos dio mucha tristeza su caso, sobre todo por pensar que nuestra hija pudiera estar pasando por lo mismo", comentó Petra N.
Desmotivados por los nulos avances en las investigaciones por parte de las autoridades correspondientes, los padres de María N. se vieron obligados a actuar por cuenta y riesgo propio, de entrada, "tapizaron", desde la ciudad de Apizaco hasta Puebla, todos los espacios posibles con fotografías de su hija, extrañamente, todo su material era retirado por manos anónimas.
"Pareciera que nos estaban vigilando, pues poníamos nuestros carteles y luego luego alguien los quitaba. Un dato que nos llamó la atención fue que en donde sacábamos copias, el dueño nos preguntó por qué seguíamos pegando la foto de nuestra hija, si ya había aparecido, nos dijo que una señora güera y ya grande en edad, le había comentado que estaba quitando los carteles porque ya había aparecido y que ella era su mamá", narró el padre de María N.
Pero no sólo fue el retiro de su publicidad lo que empezó a incrementar sus dudas respecto al destino de su hija, Juan N. explicó que a raíz de que intensificaron su búsqueda, empezó una serie de llamadas anónimas en donde la amenaza y la intimidación era la constante.
A pesar de ello no cejaron en su peregrinar, y aconsejados por sus amistades y amigas de María N. hicieron uso de las redes sociales, con el apoyo de familiares en los estados de México, Nuevo León y Sinaloa, y varias ciudades de los Estados Unidos, la búsqueda de la adolescente tomó otro rumbo, prácticamente se había sellado su destino.
Lo intenso de sus esfuerzos tuvo sus primeros resultados, el viernes 5 de julio, 25 días desde su desaparición, María N. contactó vía telefónica con sus padres, sin embargo, su llamada no fue para pedir auxilio, sino para suplicarles que ya no la buscaran y que se abstuvieran de acudir reiteradamente con las autoridades policiacas.
"Nos pidió que retiráramos la denuncia en la Procuraduría, no la escuchamos bien, balbuceaba, como si estuviera drogada o algo así, nos dijo que así no la dejaban trabajar, nos pidió que ya no la buscáramos, se oían gritos, groserías, eso fue todo, ya no supimos más de ella", comentó Petra N.
Pero la búsqueda de esta joven no sólo se centró en territorio tlaxcalteca, sino que rebasó las fronteras, a través de las redes sociales su búsqueda alcanzó niveles insospechados, personas en Colombia, Ecuador, Perú y otras capitales sudamericanas, se habían sumado a los esfuerzos de Juan y Petra.
Fueron 39 días de angustias, miedos, enojos y frustraciones, y que concluyeron la tarde del pasado viernes 19 de julio, cuando de manera sorpresiva, María N. apareció en la puerta de la casa de uno de sus familiares, lucía demacrada y portaba la misma ropa que llevaba el día de su desaparición.
Inexplicablemente y por alguna extraña razón, esta adolescente se ha negado a regresar a casa de sus padres, a decir de los entrevistados, María N. actúa con miedo permanente, sus hábitos han cambiado radicalmente, en una palabra, su vida no volvió a ser la misma.
"Sólo ella sabe la verdad, no ha querido ni quiere hablar, dice que tiene miedo pero no nos dice a qué. Cuando la hemos llevado a la Procuraduría se esconde en la camioneta, ha incurrido en muchas contradicciones, no entendemos qué le ocurre, en algunas ocasiones responde muy segura, pero en otras, se pone a llorar", abundo Juan N.
Y agregó. "Le han hecho muchas preguntas y a la mayoría se ha negado a responder. Creemos que está amenazada, en la Procuraduría piensan lo mismo, pero como ya tiene 19 años, no se le puede obligar a nada, lo mismo nos dijo el personal de Derechos Humanos, tenemos que esperar a que ella se decida a hablar, mientras tanto, todo queda en especulaciones".
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala (PGJE) mantiene abierto el expediente de María N., las investigaciones en torno a este caso no han concluido y, de acuerdo a Juan y Petra N. todo apunta hacia la zona sur del estado, hacia esa demarcación en donde la práctica del secuestro y el tráfico de personas es común, en donde a los menores se les enseña cómo ser padrotes, pero sobre todo, cómo saber "enganchar" a jovencitas para luego explotarlas con fines sexuales.
Tanto Juan como Petra creen que la recuperación de su hija no obedeció a la actuación de las autoridades, que en un principio se habían negado a ayudarles, sino a la presión que ellos imprimieron a este caso, pero sobre todo, al escrutinio de la propia sociedad que se sumó a su lucha.