Sin saber exactamente de qué o quién huía, los militantes de la izquierda en Tlaxcala vieron como el e gobernador, Alfonso Sánchez Anaya, abandonó de manera súbita la asamblea que este domingo.
Sin saber exactamente de qué o quién huía, los militantes de la izquierda en Tlaxcala vieron como el e gobernador, Alfonso Sánchez Anaya, abandonó de manera súbita la asamblea que este domingo se convocó para recabar pruebas de la elección del pasado primero de julio.
Este hecho fue muy mal visto por los asistentes a la asamblea que pretendía recabar pruebas que ayuden a la solicitud de anular la elección presidencial y los cuchicheos y comentarios no tardaron en comenzar.
Los perredistas que se caracterizan por sus luchas intestinas comenzaron a recordar la liga priista de Sánchez Anaya, el hecho de que su esposa trabaje en la administración de Mariano González Zarur, por mencionar algunas de las comentadas y algunos no dudaron en tacharlo de “traidor”, pues si alguien debía defender públicamente a López Obrador y su lucha por demostrar irregularidades, era precisamente su coordinador de campaña, sobre todo después de que en Tlaxcala se logró el triunfo para la izquierda.
Tal vez el coordinador de la campaña de Andrés Manuel López
Obrador, en Tlaxcala recordó la última experiencia en acto del ex jefe de gobierno del Distrito Federal, cuando los militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), le gritaron su esposa, Maricarmen Ramírez García ¡traidora!
Nadie lo supo a ciencia cierta, pero los militantes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano esperaban un mensaje en su calidad de coordinador de la campaña y más de uno miró atónito como Sánchez Anaya se limitó a llegar, barrer con la mirada el lugar y retirarse enseguida.
Y la pregunta que quedó flotando en el aire fue ¿A qué le teme Sánchez Anaya?