Más allá de un asunto cultural, la actividad que trae consigo el carnaval se ha monetizado y se ha convertido en una importante fuente de ingresos para los artesanos relacionados con su elaboración, ya que casi todos los trajes y sus insumos provienen de México y son elaborados ahí.
Segunda y última parte
A riesgo de ser deportados, porque la mayoría no tenía residencia legal, hace 10 años los paisanos iniciaron la organización de carnavales en Nueva York, pues al migrar para buscar mejores condiciones de vida intentan mantener la vida como la conocieron en su lugar de origen.
Actividades de carnaval pueden encontrarse en las ciudades de California, Indiana, New Jersey, Chicago, Nueva York, Connecticut y por algún momento en Arizona, pero se dejó de celebrar, entre los lugares que se tiene reporte.
Tan sólo en el área de Nueva York actualmente existen varias comisiones de carnaval constituidas de manera visible y pertenecen a los municipios de Huactzinco, Tetlanohcan, San Pablo del Monte, Ayometla, Mazatecochco, Papalotla y Teolocholco.
De abril a agosto, aproximadamente es la temporada en la cual se realizan de manera programada, pero todo depende de la organización anual y algunas veces las comisiones se extienden hasta septiembre.
Una década atrás, gente originaria de Papalotla inició la organización y presentación de su carnaval, para buscar un pedazo de Tlaxcala en Estados Unidos, señala Gabriel Águila, quien en distintos momentos colaboró a través de un grupo de amigos para poner en marcha este proyecto que se ha multiplicado, él mismo ha viajado en diferentes años a pasar carnaval en su tierra.
De ahí le siguieron otros como Ayometla, San Pablo del Monte, Tetlanohcan, Huactzinco y Teolocholco.
Con cifras que varían cada año, se estima que en los últimos años se ha mantenido una constante de más de 500 danzantes originarios de 7 municipios de Tlaxcala.
A diferencia de los preparativos efectuados en Tlaxcala, aquí no hay ensayos previos, los danzantes se preparan desde sus hogares y con sus maletas llegan al punto de reunión acordado y armar el carnaval.
Tal vez por ello, aquí no hay cuadro central con basarios, doncellas y la nana, aunque algunos carnavales como el de Papalotla si tienen ese elemento en Estados Unidos.
Un rasgo que llama la atención es que aquí hay más mujeres disfrazadas, ya no en el cuadro, sino de charros, una práctica no tan habitual en Tlaxcala, donde su participación se enfoca como doncellas.
Las comisiones se forman para la organización y coordinar aportaciones para el pago de la música y buscar los salones, proceso que resulta costoso, toda vez que para un salón a veces se requiere invertir a hasta 5 mil dólares, pero aquí se busca resolver estos detalles.
El carnaval, una industria trasnacional
Más allá de un asunto cultural, la actividad que trae consigo el carnaval se ha monetizado y se ha convertido en una importante fuente de ingresos para los artesanos relacionados con su elaboración, ya que casi todos los trajes y sus insumos provienen de México y son elaborados ahí.
Aunque inicialmente los paisanos replicaron sus carnavales en Estados Unidos, progresivamente los trajes dejaron de ser una mera copia y empezaron a tener características propias.
Hoy los paisanos en Estados Unidos ejercen una fuerte influencia en los trajes de "Charros, una de las danzas más extendidas y representativas que es originaria del sur y que ha proliferado a casi todo el estado.
Con posibilidades económicas, los paisanos gustan de plumerones más vistosos y de algunos modelos que también se replican en México.
-"Antes nosotros los seguíamos a ellos allá en el carnaval, ahora también son ellos los que nos siguen a nosotros, algunas cosas que hemos sacado a ellos ya les están gustando, los sombreros que llevan más plumas y colores, los ojos de las máscaras con luz led", relata Gabriel Águila.
Pero no sólo eso, los carnavaleros representan un motor económico que ha permitido a algunos artesanos relacionados con la elaboración de trajes, tener una fuente de ingresos de manera prácticamente continua y con ello dejar algunos trabajos que tenían en fábricas u otras labores.
Y la fórmula puede entenderse si se considera que a los casi tres meses de actividad carnavalesca en Tlaxcala, que varía de acuerdo al calendario católico anual, se aúnan casi 5 meses de carnaval en distintas partes de la unión americana.
Los trajes utilizados año con año provienen de México, donde se elaboran los bordados o a veces se opta eso si por los trabajos a máquina, se lentejuelan, se elaboran las puntas y las máscaras.
Todo bajo especificaciones y gustos concretos de los migrantes que gustan muchas veces de lo ostentoso, al final tienen capacidad económica para pagar por un traje.
Su confección es supervisada en Tlaxcala por los familiares de los migrantes quienes se encargan de transmitir los pedidos de sus familiares y supervisar los procesos.
Lo único que se arma en el suelo americano prácticamente son los plumerones que por el volumen no pueden viajar ya confeccionados en los vuelos donde algunos tlaxcaltecas transportan la mercancía que representan miles de dólares no cuantificados específicamente hasta ahora.
El incremento en el uso de las nuevas tecnologías y redes sociales ha favorecido un mercado que empezó a florecer hace varios años, al grado en que en grupos creados por carnavaleros en Facebook, por ejemplo, se ofertan productos y se cierran transacciones.
Una muestra del intercambio constante de productos de carnaval entre ambos países lo constituye un caso anecdótico en el cual un robo a una tienda de artículos de carnaval suscitado hace varios años, derivó en una búsqueda también en Estados Unidos, ya que existía la sospecha que allá podrían ser comercializados, dado el creciente interés de los paísanos por el carnaval en Estados Unidos, según trascendió aquellos años.
Seguridad ante todo, no se aceptan cuartas arregladas
Siendo un grupo que debe evitar conflictos para no llamar la atención de las autoridades, el tema de la seguridad en los eventos de carnaval es punto en el cual ponen atención.
La cuarta, un elemento para bailar "La Culebra", no aparece en algunos danzantes, la mayoría no tiene.
Y es que a ellos, muchos sin documentos en regla, lo último que quieren es tener problemas con la ley.
Y aquí también "se rajan" o se lanzan en un duelo de latigazos de mecate y el calor de las cervezas les anima, pero a diferencia de México, aquí, todo es con mayor cuidado y vigilancia.
En los últimos años las comisiones invierten para llevar cuartas que garanticen que no están arregladas con cables de acero por dentro que al momento de utilizarlas o "tronarlas" con el danzante, provocan lesiones que llegan a lastimar al oponente en el baile.
"No habrá cuartas arregladas, el Club promoverá cuartas limpias", se lee incluso en los carteles como el de Huactzinco.
Para tener control en este punto, algunas comisiones incluso se encargan de comprar las cuartas para dotar en ese momento a los carnavaleros que quieren medir su destreza ante su oponente.
En años anteriores se han registrado casos en los cuales algunos paisanos cuyos ánimos se caldean al calor de las cuartas y han llegado a los golpes, pero hasta ahora no se ha suscitado algún problema legal que ponga en riesgo la celebración.
Hoy, los carnavales migrantes son importantes, eso lo tienen claro algunas administraciones municipales que transmiten sus carnavales desde hace algunos años vía internet, tal es el caso de Papalotla.
Para traspasar la frontera geográfica e impulsar el gusto y sentimiento carnavalero, proliferan diversos grupos de Facebook donde se intercambia información de horas, fechas y también se ofrecen productos y se cierran transacciones.
Con el carnaval, los paisanos buscan acortar distancias y tener un pedacito de Tlaxcala en el país vecino y funciona, ya que por unos momentos, esta tlaxcalteca, se sintió en casa.