Para quienes no han visto con buenos ojos la demolición de lo que fue la escuela Luis G. Salamanca, en el centro de la ciudad de Tlaxcala, hay dos noticias: Una buena y una mala. La buena es que ese espacio que ahora luce vacío no tardará mucho en tener una plaza comercial que dé al zócalo un tono de modernidad, la noticia no es nueva y eso se ha manejado.
Para quienes no han visto con buenos ojos la demolición de lo que fue la escuela Luis G. Salamanca, en el centro de la ciudad de Tlaxcala, hay dos noticias: Una buena y una mala.
La buena es que ese espacio que ahora luce vacío no tardará mucho en tener una plaza comercial que dé al zócalo un tono de modernidad, la noticia no es nueva y eso se ha manejado.
Pero por otro lado, se dice que muy pronto iniciarán las obras para levantar un edificio con accesos al hotel Misión mejor conocido como Plaza San Francisco.
Nada de raro tiene construir infraestructura que permita impulsar el crecimiento económico en el estado, aún con salarios paupérrimos que se generan en espacios laborales, la mala noticia es que sea el propio titular del Ejecutivo, Mariano González Zarur, quien con dinero de sabrá usted qué arcas saldrá la inversión.
Un espacio público cuyo uso era para la instrucción educativa de cientos de niños, ahora será utilizado para un centro comercial, cuyos dividendos no son para beneficio de los tlaxcaltecas, si no para el de origen libanés y sus amigos inversionistas, según se dice en los corrillos de la política estatal.