Trascendió que los trabajadores sindicalizados, esencialmente; así como los servidores públicos de confianza, adscritos al Gobierno que militan en el PRI, no están dispuestos a aceptar el pase de charola.
Antes de que este lunes el líder estatal del priismo, Ricardo García Portilla, diera a conocer en forma oficial que los trabajadores de gobierno que militan en el partido tricolor están obligados a pagar sus cuotas al partido, y las cuales van del uno al cinco por ciento, muchos de estos trabajadores ya están planeando revelarse ante esta disposición.
El problema, según algunos comentarios vertidos en los pasillos de diferentes dependencias de gobierno, no es tanto no dar sus cuotas al partido en el que militan, sino que, ni el PRI ni el gobierno les ha apoyado.
El enojo que se traduciría en no pagar dichas cuotas, tanto por parte de los trabajadores sindicalizados como de la burocracia, vendría a ser algo así como un cobro de facturas por la desatención que este partido ha tenido con su militancia.
Y por otra parte, también como respuesta a la falta de cumplimiento que el Ejecutivo del Estado ha tenido hacia los sindicatos, quienes no están nada contentos, según se ha visto en diferentes manifestaciones y expresiones de los propios organismos de trabajadores, con las acciones que se han llevado a cabo contra ellos y que principalmente han afectado varias de sus prestaciones.