Jaime Herrera Vara, médico, ex empleado del programa del Seguro Popular, ex militante priista, actualmente presidente municipal  en funciones del Ayuntamiento de Nopalucan, postulado por el Partido Socialista, ha olvidado  la expresión pronunciada el día de su toma de protesta: "la ciudadanía demanda eficiencia, demanda honestidad, responsabilidad, y transparencia, pero sobre todo buenos resultados, por lo que trabajaremos con todo el esfuerzo y dedicación para lograr nuestras metas establecidas".

La nariz le crece como a Pinocho y de las manos le brotan garras.

Los empleados del ayuntamiento viven y laboran en un ambiente de intimidación, hostigamiento y estres. 

El otrora  amable y jovial ex candidato se ha convertido en verdugo, quienes le acompañaron y apoyaron entonces con la promesa de trabajar juntos para su pueblo, hoy lo miran de lejos esperando ver cuando cumple la promesa empeñada. 

Como parte del equipo le brindaron entre 20 y 30 mil pesos cada uno para su campaña. Es un secreto a voces que justificada la firma de la nómina, la primera quincena de la actual administración les fue prácticamente arrebatada a los trabajadores, "amigos" y compañeros para un fin desconocido, así como (de igual forma) y de manera cotidiana se  hacen descuentos parciales e irregulares para eventos y acciones que no tienen sustento. 

¡Vaya hasta los que no tienen propiedades les cobran predial y no precisamente en la tesorería !

La última parte de este capítulo es el maltrato y violencia con la que se conduce y se ha vuelto común el trato hacia la gente, que en el extremo de  soberbia y prepotencia ha culminado con el despido  injustificado de trabajadores o ignorar la vulnerabilidad pasando por alto su compromiso para servir y resguardar a los ciudadanos hombres y mujeres nopaluquenses. No existe  futuro político para él y lo sabe quizá por eso su voracidad, existe si la  demanda ciudadana y necesidad de que las autoridades e instituciones de resguardo a los derechos humanos intervengan, se ejerzan acciones para la rendición de cuentas por autoridades e instituciones correspondientes y se deslinden responsabilidades.