Es necesario destacar que el municipio ha sido históricamente una célula de gobierno, a través de la cuál se han generado cambios sustanciales, sobre todo para la transición democrática y su posterior consolidación.

En este sentido, es necesario remarcar que la pluralidad política comenzó  por discernirse en la representación encontrada en los cabildos, donde los regidores, que se integran por el principio de representación proporcional, así como los síndicos procuradores, han dado cuenta del cambio gradual de las preferencias electorales.

Posteriormente la titularidad de los ayuntamientos, a través de conquistar la presidencia municipal, constituyó el primer eslabón de respeto al voto y de la diversidad de preferencias políticas por las que podía optar la sociedad mexicana.

No obstante, los avances en torno al quehacer democrático, hoy en día es una sentida demanda social, que sus alcances y significados no se queden en los límites de formas y procedimientos en materia electoral, que llevan al relevo periódico de los detentadores del poder.

El sentir social reclama dotar de democraticidad al quehacer gubernamental, con acciones de participación y vinculación social y sobre todo, conservando lo que al día de hoy se ha hecho llamar la “Gobernabilidad democrática”, consistente en no permitir que la participación se vuelva obstrucción y el debate degenere en chantaje.

Tlaxcala ha sido ejemplo y paradigma de la democracia participativa, llevando a lo largo de su historia legislativa la inclusión de lo que algunos han llevado a nombrar un cuarto nivel de gobierno, el cual se ve depositado hoy en día en las presidencias de comunidad.

La participación de éstas no descansa solamente en el ejercicio de actos de autoridad, sino también en su inclusión en el cabildo, lo que ha llevado a que las más de las veces la representación esencial que debería descansar en el presidente municipal, síndico y regidores, se vea rebasada.

La representación de la ciudadanía se encuentra históricamente en el cuerpo edilicio, como ocurre en la gran mayoría del país, para que no exista una posible representación obstruccionista que limite la representación total de los ciudadanos del municipio, por bloques coyunturales que pueden, en un determinado momento bajo una representación parcial y minoritaria, limitar la toma de decisiones gubernamentales.

Por  ello, es necesario revisar este tema desde la perspectiva de la representación y las limitaciones que presenta la composición actual del cabildo tlaxcalteca.

  De esta forma, este artículo, es el primero de una serie de reflexiones en las que trataremos de dirimir la pertinencia actual, de la composición de los cabildos tlaxcaltecas, con la participación de los presidentes de comunidad.