Por: Fabiola Vázquez

Una obra del escritor Daniel Handler que habla sobre la relación de Min y Ed, una pareja de jóvenes neoyorkinos que no tienen mucho en común porque uno es lo opuesto del otro pero unidos por una fuerte atracción.

No se trata de un libro más que narra las típicas historias de un tórrido amor, más bien se ocupa de describir la historia sobre una ruptura, a lo largo de 8 capítulos podremos conocer las causas del rompimiento entre Min y Ed, una relación que no acabo bien. 

El autor nos ofrece una novela romántica, tierna, divertida y hasta con momentos ácidos, pero sin  quitarle lo interesante a la historia, que mezclará la ternura con el dolor que se puede vivir en una relación.

Minerva es una chica divertida, inteligente, melodramática y algunas veces, un poco exasperante. Por otro lado, Ed, un guapísimo y talentoso deportista que siguiendo con el estereotipo, no posee demasiado ingenio.

“Y por eso rompimos” es un libro narrado por Min, quien se encarga de ponernos en contexto a partir de una caja y una carta, a manera de despedida, dirigida a Ed.

Daniel Handler logra adentrarse en la mente de una chica de 17 años que se enamora perdidamente, retratando con una impresionante maestría el dramatismo con que las mujeres vemos las cosas, sobre todo cuando somos adolescentes.

Todo comienza cuando Min, a través de una carta, quiere explicarle a Ed las razones que causaron la ruptura pero también agregará a la despedida una caja que contiene sus recuerdos y objetos cargados de significado y de historia que marcaron muchos momentos.

Voy camino a casa de Ed. Llevo en mis manos una caja repleta de objetos que un día lo significaron todo para nosotros, todos los recuerdos que conservo de nuestra relación. Ahora mismo estoy escribiéndote una carta. Cuando la acabe, la meteré también en la caja y te la daré. La carta explica nuestra historia, una historia preciosa pero dolorosa, una historia que hay que comprender poco a poco, sin prisa.

Te entregaré esta caja, Ed. Dentro está todo:

Las dos chapas de botellas de Scarpia’s Bitter Black Ale que nos bebimos aquella noche en el jardín trasero de la casa de Al. Recuerdo las estrellas brillando y nuestro aliento condensado por el frío. La entrada de cine para ver la película en la que nos dimos nuestro primer beso. Me besaste a los veinte minutos de haber empezado... y luego otra vez en la escena final. El afiche de la película que robaste para mí, para que conservara el recuerdo de nuestra primera cita. Fue muy tierno, gracias. Pero ya no lo quiero.

Pero eso no es todo. Aún quedan muchas razones que explicar, las que hay detrás de la caja de cerillas, la cámara de fotos y su carrete, el molinillo de papel y la hoja de papel arrugado, aquella nota tuya que tanto significó para mí, los pendientes que dejaste en mi taquilla, una semilla que nunca brotará porque no pienso ponerla en agua, el peine de aquel hotel donde perdimos el sentido... y algo más, el plano que dibujamos para intentar asistir a mi fiesta y a la tuya, tan incompatibles como nosotros, la entrada a tu partido de baloncesto, al que preferí no ir, la liga con la que me recogí el cabello la primera vez que cocinamos juntos, todos estos pétalos, ya secos, y el bolígrafo con el que te escribo esta carta.

Te devuelvo la caja y todos los recuerdos que contiene, Ed.

Aquí la tienes. Toda nuestra historia.

Toda la historia de por qué rompimos.

Al principio, Minerva se consideraba a si misma muy afortunada de haber podido captar la atención de un chico como Ed, sin embargo, a lo largo del libro iremos descubriendo cómo su perspectiva de que él era demasiado bueno para ser verdad, pronto le demostró que las relaciones humanas son más complicadas de lo que aparentan.

El libro es ilustrado por Maira Kalman, quien en cada capítulo nos muestra algunos de los objetos que describe la protagonista, marcando cada uno con un recuerdo especifico en esta historia de amor y desamor.