Gabriel Sánchez Díaz

La aparición de grupos auto denominados neonazis, están fuera de contexto en una sociedad como la mexicana, a excepción de que se trate de jóvenes desinformados o que experimenten ascendencia aria jalisciense, patrocinados por grupos de la extrema derecha que no son nuevos en aquella entidad, de hecho, los grupos conservadores de extrema derecha, católicos y de la clase empresarial y neofascistas, tienen una amplia tradición en Jalisco, sobre todo en Guadalajara, capital jalisciense. Claro, en ningún otro partido político podría suceder este tipo de aberraciones más en el Partido Acción Nacional (PAN). Nada extraño si recordamos que en este instituto político militan grupos de este tinte como los Legionarios de Cristo, el Yunque, simpatizantes del Opus Dei y otros grupúsculos con actitudes e ideas obscurantistas.

Independientemente del rechazo que públicamente hicieran los coordinadores de los diputados del PAN, Luis Alberto Villarreal y del PRD, Silvano Aureoles, la sociedad organizada también rechaza los gestos y/o expresiones de intolerancia a la diversidad sexual, libertad de expresión y de credo que externan los jóvenes y sus patrocinadores anquilosados en las añejas estructuras clericales y del empresariado ultraconservador. Un grupúsculo como el señalado no podría jactarse de tener una ideología seria, su “nacional humanismo”, resulta ser una mala y absurda copia al calca del Nazismo hitleriano. La benevolencia con la que pretenden proyectar su objeto como organización, resulta convincente para sus simpatizantes, no así para sociedad en general. Pues, cualquier ciudadano con uso de razón, puede identificar en la frase: “proteger a la sociedad”, se refiere a la élite social X de Jalisco y demás entidades federativas donde pretendan crear más células “Neo nazistas”.

Una mezcla amorfa de religión y política, una combinación que sugiere un pasado anhelado, del otrora señor monarca absolutista y su despotismo religioso. Pero, esto no resulta extraño en el PAN. Lejos de ello, el partido moderno permite a sus jóvenes militantes un espectro de acción con el que proyectan su carácter racista. Para entender un poco más, resulta importante recordar que es el Nazismo y por definición es una doctrina política nacionalista, racista y totalitaria que fue impulsada en Alemania por Adolfo Hitler (político alemán, 1889-1945), después de la Primera Guerra Mundial, y que defendía el poder absoluto del Estado y la superioridad y la supremacía del pueblo germano frente a los demás pueblos de Europa.

Es notoria la distancia abismal, en el tiempo y el espacio, de los grupos Neonazis de Jalisco con respecto a la Doctrina citada. No existen condiciones políticas para cobijar actos de organizaciones de esta naturaleza. Estamos en un "mundo moderno" donde no debe existir (pero la hay) cabida a expresiones que están fuera de la realidad, pues, se ponen en entredicho los derechos humanos más fundamentales. Es deseable que el presidente del PAN, Gustavo Madero, haya expresado su rechazo a este tipo de expresiones de intolerancia, de manera honesta. Se trata de su casa y como tal debe tener todo bajo control, de lo contrario, es absurdo que no conociera la existencia de estos  grupos en Jalisco y otras latitudes de México.

El Nazismo conlleva al fascismo. Los jóvenes nazistas mexicanos, le apuestan a un movimiento abiertamente pro fascista, con libertades extremas para enviar mensajes muy concretos a la sociedad, como delinquir en pos de su conducta homofóbica y otros delitos. Para convertirse en movimiento, los neo nazistas a la mexicana, deberán trabajar mucho o conseguir el patrocinio del PAN en otras entidades mexicanas para coquetear con un movimiento "serio", lo suficiente como para intentar tomar el poder político e imponer un régimen de gobierno totalitario, nacionalista y de ultranza. Arduo el papel de los Neonazis mexicanos, aunque disponen del capital de gran parte del empresariado mexicano. Veremos si tienen la capacidad de suprimir derechos y libertades individuales, pues, hasta ahora, esta tarea es exclusiva del gobierno.

Adoctrinar jóvenes para confrontar a la oposición (entre muchos otros fines), adoctrinarlos para autoerigirse en los áridos mexicanos que requieren armarse de con sentimientos de venganza y revanchismo ¿contra quién? Como son empresarios, entonces, van contra los ambulantes a los que tildan de conformar la economía subterránea. Los neofascistas mexicanos que son producto de la mescla, de la mescla, de la mescla... con que urgencia intentaran purificar su sangre aria, quizá intenten ir por los judíos radicados en la Colonia Hipódromo Condesa del Distrito Federal, México.