Silvia Avelina Nava Nava

Nacional. A un mes de transcurridas las elecciones intermedias y en los pendientes de la agenda nacional, quedan importantes asuntos por retomar y resolver. La sociedad nacional, las sociedades locales y órganos electorales principalmente asumirán la tarea de continuar fortaleciendo la equidad y candidaturas independientes para ampliar el horizonte de participación de los diferentes grupos sociales en el ejercicio del poder o mantener al país en el nivel que ha identificado el politólogo José Woldenberg Karakowsky como nación con democracia germinal, limitada aún por la no consolidación de un verdadero Estado de derecho y cambio de prioridades en la agenda del gobierno,  atendiendo no solo los aspectos macroeconómicos que satisfacen las expectativas financieras internacionales, sino el desarrollo social alejado del sistema clientelar.  Respecto de los partidos políticos,  queda  pendiente apreciar si  apoyaran el desarrollo de esta nueva forma de participación para favorecer la evolución democrática o mantendrán la postura tradicional de conservarse como única vía de la competencia electoral retrasando el desarrollo político electoral mexicano.

El voto femenino. En la conmemoración del 60 aniversario en que las mujeres mexicanas constitucionalmente participamos con la emisión de nuestro sufragio, los avances para el verdadero desarrollo femenino se han rezagado y el voto de las mujeres  se ha vuelto utilitario, destinado a la justificación de políticas de género, incluso creado en muchos ámbitos  representaciones  virtuales.

La violencia política, desigualdad económica, inequidad  y  contrario a discursos institucionales de combate a la discriminación,  estos son algunos de los principales flagelos con los que lidia la ciudadanía femenina y  que determinan su existencia.

Hace poco más de treinta días el  presidente de la república aludió la realización de un proceso y jornada electoral intermedios  históricos. Y lo son porque hoy como nunca, México se vive en dos visiones de país, una la de quienes miran, construyen y ejercen  la realidad que les dicta su interés y otra la de las mayorías, cautiva en el  gran esfuerzo de la sobrevivencia, desesperanza y escepticismo.

Tlaxcala. La próxima elección del titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos es deseable que sea  designación no solo por la coincidencia de intereses, sino que integre principios de credibilidad y respetabilidad.