ASUME ERROR SÁNCHEZ ANAYA; NO VOLVERÍA IMPULSAR A SU ESPOSA COMO CANDIDATA

Relajado, el hombre maduro de casi 71 años de edad, acepta a agendatlaxcala  que entonces no analizó las repercusiones que le reflejarían el impulsar la candidatura de su cónyuge, así que asume que la responsabilidad y la derrota fueron en especial para Alfonso Sánchez Anaya.
01/01/2012 23:25:02
Constanza Guarneros
agendatlaxcala
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En el año 2004, el entonces gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya cometió un error, quizá el peor de su sexenio y ahora a través del tiempo  asegura que, “no lo  volvería a cometer”, impulsar la candidatura al Gobierno del Estado de su esposa María del Carmen Ramírez, le costó, incluso la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y algunos otros espacios políticos.

Aunque ahora, siete años después, en entrevista con agendatlaxcala, afirma no estar arrepentido, -pero no lo volvería hacer- de ese acontecimiento político que marcó la vida política de Tlaxcala, el estado que gobernó de 1999 a 2005 y para el cual también logró grandes beneficios a través de la Asociación Nacional de Gobernadores (ANAGO) y después de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), organismos que lideró y presidió en sus inicios.

Relajado, el hombre maduro de casi 71 años de edad, acepta a este diario digital que entonces no analizó las repercusiones que le reflejarían el impulsar la candidatura de su cónyuge, así que asume que la responsabilidad y la derrota fueron en especial para Alfonso Sánchez Anaya.

Con la mirada firme y con toda la seguridad, el ahora senador de la república, palmea una y otra vez sobre la mesa de un restaurante del centro de la ciudad, cuando responde que “la única responsabilidad y derrota de la candidatura de Maricarmen Ramírez, es de  Alfonso Sánchez Anaya y nadie más”.

-Doctor se habló que uno de los errores que cometió durante su sexenio, fue haber impulsado la candidatura de  su esposa para sucederlo en el cargo. ¿Considera que fue un error?

-“Creo que  no solamente fue responsabilidad mía, pero el hecho de no medir el peso específico que yo  tenía en ese momento a nivel nacional, precisamente por lo de la ANAGO y la CONAGO, entonces quiere decir que la opinión que yo tenía era escuchada. Se mencionaba mi nombre para ser presidente del PRD, entonces yo creo, o no sé si fue un error no tener mucha claridad en ese momento”.

-¿Se arrepiente de haber impulsado las aspiraciones de su esposa?

-No,  yo no me arrepiento. Yo me fui  porque había una alternativa, que era entregar el poder o entrar a la lucha. Pero hay otra situación, lo que pasa es que fue muy polémico, porque era la primera vez que un gobernador apoyaba a su esposa o que salía su esposa como candidata, entonces fue con muchos problemas y dificultades, porque si salía ella finalmente como candidata  y ganaba la gubernatura, le abría la puerta a Martita Sahagún de  Fox y entonces había muchos intereses nacionales, concretamente de quien aspiraba”.

Abunda “yo lo que quiero decir que eso  nadie me lo dijo, todos me decían que no, pero nadie me dijo que esa era una razón de peso, o sea había que privilegiar el interés nacional y no el interés  local, no obstante que en las encuestas colocaran en la preferencia a Maricarmen (Ramírez), en realidad era lo que representaba un servidor y lo que representaba ella, como posibilidad de abrirle la puerta a Martha Sahagún de Fox, con todo lo que esto hubiera traído como consecuencia”.

¿Lo volvería a hacer?

No. Yo no. (Sic)

-¿Fue una derrota de Alfonso Sánchez Anaya o de Maricarmen Ramírez?

“De Ma…, ¡No!.”, corrige de inmediato.

“De Alfonso Sánchez Anaya, la única responsabilidad fue de Alfonso  Sánchez Anaya y de nadie más”, remarca mientras palmea una y otra vez una mesa de madera.

Y mientras continúa la charla, el ex gobernador insiste que la responsabilidad de la candidatura de su esposa fue de “!Alfonso Sánchez Anaya!”, de nadie más.

En ese tiempo, Tlaxcala fue noticia nacional por la designación que impulsaba un gobernador perredista de su esposa, y que fue mal visto por la dirigencia nacional del sol azteca, que estaba en contra de la monarquía en los estados y la presidencia de la República.

La revista Proceso le dedicó un amplio reportaje, donde daba cuenta  la descomposición  política de su gobierno. El apoyar a su esposa le provocó romper con sus aliados locales que lo llevaron a la gubernatura en las elecciones de noviembre de 1998, y se confrontó con los líderes históricos del PRD, aquellos que le dieron cobijo cuando el PRI lo desechó como candidato al Gobierno de Tlaxcala

Incluso, voces del perredismo nacional, como Cuauhtémoc Cárdenas, Leonel Godoy, Carlos Navarrete, Jesús Ortega, Graco Ramírez y Pablo Gómez, entre otros, le pidieron al entonces mandatario local que renunciara al cargo, para no afectar al partido, pero Sánchez Anaya se aferró:

“No voy a solicitar licencia, ni mi esposa renunciará a la candidatura del PRD a la gubernatura, estoy dispuesto a pagar los costos políticos que ello implique”,  citó la revista nacional.

A mediados de noviembre, aprovechando una muestra de cine en la sala “Miguel N Lira”, propiedad del gobierno del estado, el mandatario local convocó a los integrantes de su gabinete a presenciar en función especial el estreno de la película “Elizabeth I, reina de Inglaterra”

La cinta relata las intrigas políticas que llevaron al trono a Elizabeth I de Inglaterra, una de las monarcas más importantes y poderosas que ha tenido ese país. La película no deja de lado la historia de amor entre una cándida reina y el conde de Leicester, y al mismo tiempo, muestra la transformación de una joven emperatriz en una experta y avezada política.

Los funcionarios acudieron extrañados a la convocatoria para ver el film, pero ahí no acabó su sorpresa, pues al día siguiente fueron citados a una reunión de gabinete en Palacio de Gobierno personalmente el jefe del Ejecutivo local pidió uno a uno su opinión sobre la película y a cada comentario Sánchez Anaya movía lateralmente la cabeza en señal de desaprobación, contó Javier Flores Macías, entonces coordinador general de Ecología del estado y hoy convertido en funcionario del  CEN del PAN.

Irritado por los comentarios sobre actuación, vestuario, maquille e iluminación, que daban los funcionarios locales, el mandatario dejó en claro que el mensaje central de la trama establecía que para que un proyecto político perdurara era fundamental heredar el poder a alguien de absoluta lealtad y confianza, como un familiar, como se estilaba en la monarquía inglesa, lo curioso es que nadie le espetó nada al veterinario.

Sin embargo en otras ocasiones, Sánchez Anaya precisó que el objetivo de la transmisión de la película fue para que los funcionarios de su gabinete se “pusieran las pilas”, pues lo estaban dejando solo.

Su intención decía, era que sus colaboradores centraran su atención en el ambiente y juego político  de la gente en el poder y no en el personaje de la reina, que en este caso se entendería como una representación simbólica  de su esposa.

El proyecto político concebido por Alfonso Sánchez Anaya era para durar por lo menos, 30 años en el poder.

 Empero, vinieron las elecciones y Maricarmen  Ramírez y Sánchez Anaya se fueron quedando solos. El ala mayor del PRD que formaban algunos perredistas como  Fabián Pérez Flores, Víctor Briones Loranca, Pedro López Domínguez, entre otros apoyaron abiertamente al neopanista Héctor Ortiz Ortiz.   

 

EL TERCER LUGAR DE MARICARMEN RAMÍREZ

Aún con el impulso y apoyo de su esposo, la candidata perredista al gobierno de Tlaxcala, Maricarmen Ramírez obtuvo en noviembre de 2004 el tercer lugar de la contienda con sólo el 28.4% de los votos, así Héctor Ortiz Ortiz, representante del PAN –PT-PCDT-PJS  se convirtió en gobernador con el 34.85%, contra 33.93% de González Zarur (apenas 0.92% de ventaja), abanderado por el PRI-PVEM.

Entonces, la cónyuge de Sánchez Anaya representada por PRD y Convergencia logró  119 mil 479 votos, contra 142 mil 964 de Mariano González Zarur  y 146 mil 864 de Héctor Ortiz Ortiz.

La noche del 14 de noviembre, en las oficinas del PRD la abanderada perredista dio la cara a los medios de comunicación. Su rostro desencajado, con la mirada perdida, recibió a algunos reporteros.

Luego se refugió debajo de una escalera, un lugar oscuro y recargada en la pared sostenía una agenda, su postura era predecible, había perdido la contienda que minutos más tarde aceptó públicamente.

Mañana segunda parte de la entrevista,  Sánchez Anaya opina sobre el primer año de Mariano González Zarur y los logros de su gestión como gobernador del PRD.

 

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