Sólo con la esperanza de que su salud, la muerte de sus seres queridos y su dolor no queden en el  olvido, los sobrevivientes de la volcadura de un transporte que regresaba de una peregrinación, ocurrido en Terrenate, están en completo  desamparo.

- Cuando el autobús se quedó sin frenos y nos íbamos a estrellar, se lanzaron del carro y nos dejaron a nuestra suerte”, relata uno de los sobrevivientes

Pero después del accidente también han sido dejados prácticamente a su suerte.

Originarios en su mayoría de Cuapiaxtla, 28 personas sobrevivieron al accidente en que murieron 3 personas, ahora los heridos enfrentan otro tipo de supervivencia en el mundo real.

Sólo con una promesa de pago por parte de la empresa de Transportes “Luna”, los heridos se reponen, no pueden trabajar, mientras sus gastos, deudas y angustia crecen.

Se aferran a la esperanza de que la empresa, donde viajaron a visitar al señor de La Buena Muerte, cubra sus curaciones y los indemnice posteriormente.

A tres semanas, las lesiones de los heridos son diversas y van desde la imposibilidad para caminar, costillas rotas, una latente fractura de columna, variedad de heridas, cuyas secuelas aún no es posible determinar, ya que la falta de recursos ha impedido una adecuada valoración. 

Por momentos, algunos lesionados dudan en dar su testimonio, su necesidad es grande y no quieren poner en riesgo el recurso que esperan de la empresa para liquidar las deudas que acumulan por la atención hospitalaria que han recibido y que han tenido que enfrentar con sus propios medios.

Y es que la empresa a través de su representante legal, Alfredo Luna, hijo de uno de los dueños, no sin antes tener duros reclamos de los afectados que pueden hacerlo y sus familiares, estableció un convenio para indemnizar a los afectados.

Pero la respuesta ha llegado a cuentagotas.

Los heridos enfrentan sus lesiones sin el apoyo económico de la empresa, sin poder trabajar y llenos de deudas por los gastos médicos.

Hasta el momento, uno de los casos reportado como saldado,  es el de la señora Yesenía Ortega, quien al momento de morir tenía 35 años.

La reconstrucción de los hechos a partir de diversos relatos pone en evidencia una serie de presuntas irregularidades con las que opera la empresa.

La visita al Señor de la Buena Muerte

Era la mañana del lunes primero de enero, pobladores de la zona Oriente regresaban de una peregrinación a Texocuixpan, para visitar al Señor de La Buena Muerte.

Algunos recuerdan poco de la tragedia, otros relatan de manera vivida las escenas que quisieran olvidar.

Un menor de 8 años, cuya herida en la cabeza muestra en forma de U, lo tiene claro.

Cuando el autobús volcó, él salió volando por una de las ventanas abiertas y quedó tendido en medio de la carretera.

Conforme avanza la plática con agendatlaxcala, los entrevistados dan detalles que permiten establecer que las malas condiciones mecánicas del vehículo se sumaron a la impericia de los choferes para atenderla y siguieron la marcha hasta que las balatas no respondieron y con ello se quedaron sin frenos. El autobús se impactó y se volcó, el saldo ya se conoce, 3 muertos y 28 heridos.

Mientras ocurren los relatos, esta reportera va de sorpresa en sorpresa con los detalles de lo que enfrentan y ve entre los asistentes a gente con collarín, manos y brazos vendados, golpes en el rostro y gestos de dolor que se multiplican.  

"Te doy 500 pesos para que lleves a tu hija al doctor"

A la peregrinación a Texocuixpan le siguió otra, la búsqueda por la reparación de daños, al  menos en lo que se puede ser de manera económica.

A través de la mediación de la presidencia municipal que encabeza Arturo Hernández Hernández, los afectados entablaron comunicación con la empresa de transporte que opera desde hace varios años en la zona Oriente en los municipios de Apizaco,  Cuapiaxtla, Atlzayanca y sus alrededores.

Ese día por ser una peregrinación no se encontraba en su ruta.

Tras el accidente, a través de su representante Alfredo Luna Sánchez, se les ofreció que harían un convenio para los gastos médicos y les pidió una relación para proceder al pago, sin embargo, esto no ocurrió.

De acuerdo a los testimonios, la empresa argumenta que no tiene liquidez para afrontar este gasto y les pidió tiempo para hacerlo.

“Mira no me alcanza, paga tus gastos y ya luego te doy, lo que pueda”, fue la respuesta que obtuvo una mujer cuya hija menor de edad resultó herida.

En su caso es necesario realizar estudios pues tiene molestias que no desaparecen, por lo cual es necesario indagar la causa.

“Cuando llevé mi lista de gastos, me dijeron que me daban 500 pesos, porque no podía ser más en ese momento y que luego me daban más, con eso qué puedo hacer son gastos de pasajes, medicinas, yo no puedo trabajar ahora por los cuidados, tengo que estar pendiente”, refiere visiblemente preocupada.

Por esta situación, un conflicto de mayores dimensiones estuvo latente en Cuapiaxtla y los ciudadanos exigieron el cumplimiento con los afectados, finalmente se logró un cambio de postura de la empresa que aceptó buscar opciones para el pago de los gastos médicos y esta semana habrá un nuevo encuentro con los pobladores.

Señalan que esta es una muestra de las irregularidades con las cuales operan las unidades que según lo que ha quedado evidenciado, no tenía seguro de viajero.

En el reglamento de la Ley de Comunicaciones y transportes en su artículo 8, fracción XIV se establece que las unidades del transporte público portarán la poliza del seguro del viajero o documento del fondo de garantía autorizado por la secretaría.

Ahí, se vislumbra el incumplimiento de lo establecido en la norma.

Pero de la intervención de la autoridad no se sabe nada.

Los vecinos señalaron que el representante legal trabajaba la administración pasada en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado  (Secte), hoy desconocen si siga ahí. 

Más allá de lo económico, “nos calentó la forma en que nos trataron al principio”, en una de las primeras reuniones, su enviado minimizó y hasta, acusan, se burló de sus heridas.

Por otro lado, en los 3 casos, de deceso, los gastos funerarios fueron solventados por las dos familias que resultaron afectadas, una de ellas, identificada como Vázquez tuvo entre sus miembros a 12 pasajeros, dos murieron. Sofía de 8 años y Yesenia Ortega de 35 años.

Otros 9 tienen diversas lesiones y heridas, entre ellos el patriarca de 68 años y uno de los hijos de 34 años que no pueden trabajar para sostener a sus familias.

Un caso anunciado

Un video dado a conocer en redes sociales muestra el interior de un camión de la empresa “Luna”.

La escena no tendría nada de raro de no ser porque los pasajeros comienzan a reclamar a quien tripula la unidad.

Primero le gritan y luego se levantan para reclamarle y finalmente quitarlo del volante.

La razón: iba manejando borracho.

En Cuapiaxtla los habitantes saben que este hecho tuvo lugar días antes, lo relatan como una muestra de las irregularidades con las cuales opera la empresa “Luna”.

Pero el asunto va más allá.

El chofer que manejaba borracho en esa ocasión era el mismo que conducía la unidad que finalmente se volcó en el camino de Terrenate, ese que un día anterior fue el escenario de otro accidente con dos decesos y que ahora es vigilado por los policías del lugar para evitar que los automovilistas aceleren y haya nuevos percances.

En Cuapiaxtla ese dato es vox populi y por eso crece la inconformidad.

-Hoy ya vemos que no tendría que manejar, pero aún así hizo el viaje, recuerdan.

Con lo que ha ocurrido hasta ahora, los vecinos de Cuapiaxtla señalan que la empresa no tiene seguro y es una de las razones por las cuales los sobrevivientes han iniciado un calvario para buscar, en primera saldar las deudas que su hospitalización dejó y después recibir una compensación que la empresa aseguró que cumpliría.

La punta del Iceberg

Al accidente, le siguieron otra serie de sucesos que hoy mantienen a los sobrevivientes en incertidumbre sobre su futuro.

Uno de los accidentados tiene dolor recurrente en sus heridas que aún no sanan.

En el hospital de Huamantla a donde fue remitido, le cosieron la mano con la tierra adentro.

“Tenía la tierra en la herida y así me cosieron, sin anestesia, así como iba”, recuerda.

Después se le llenó de pus y atribuye a eso su dolor, sólo puede especular, no he recibido un diagnóstico por ello.

El cobrador que terminó como chofer, al que identifican como Osvaldo Sánchez, fue detenido ese día y dejado en libertad posteriormente, presuntamente por familiares que presumen influencias que hicieron valer.

Los heridos, hombres del campo en su mayoría, no  tienen claro que va a pasar con ellos en estos días en los cuales, su peregrinación no termina aún y no tiene para cuando.

 Y las autoridades siguen atrás del escritorio sin poder actuar en contra de este tipo de empresas.