Aunque su costo lo hace cada más inaccesible para los bolsillos, el pan de esta temporada es irresistible para gran parte de los tlaxcaltecas y que se mantiene con ellos a pesar de que sus visitantes de temporada se van, ya el resultado es un aumento de peso que permanece en los siguientes meses.
Aunque su costo lo hace cada más inaccesible para los bolsillos, el pan de esta temporada es irresistible para gran parte de los tlaxcaltecas y que se mantiene con ellos a pesar de que sus visitantes de temporada se van, ya el resultado es un aumento de peso que permanece en los siguientes meses.
El saldo de los panes varían de acuerdo a los hábitos y estilo de vida de cada persona, pero su consumo aunado a una serie de platillos típicos elaborados para celebrar estas fechas impacta en el peso de las personas.
Sin datos oficiales disponibles para la entidad , un sondeo revela que en esta temporada el aumento va en promedio hasta tres kilos, mismos que intentan moderarse o perderse.
“Yo hice el propósito de bajar de peso y tener una vida más saludable y por eso decidí meterme al gimnasio, pero hasta después de los panes porque subo de peso en esta temporada, pero al menos quiero disfrutar de este pan que es más rico y que representa una tradición dentro de mi familia”, relata Carmen con confianza.
Para otros, el inicio de esta temporada es un preludio de los kilos que centro ciernen sobre ellos una vez que se acerca diciembre.
“Gano peso en esta temporada, me gusta mucho el pan que además es más pesado porque en comparación al que consumo normalmente, este lleva más azúcar y otros condimentos, por eso nos gusta más pero también nos engorda más, yo empiezo a subir aquí hasta tres kilos que ya después trato de perder moderándome en la comida”, suelta Chely.
Y es que en su elaboración el pan de muerto u hojaldras, lleva una importante cantidad de material en su elaboración, como mantequilla, nuez y azúcar en mayor cantidad, lo cual aporta más calorías que el consumido normalmente por las familias y por supuesto se refleja en mayor medida en el peso.
Esto mismo hace que este producto sea cada vez más inaccesible para las familias que preparan el pan de temporada y que para algunos panaderos representa una baja en la producción de hasta 50 por ciento con respecto a otros años.
“La gente ya no tiene hace arrobas como antes, el costo promedio puede ser de desde 800 pesos en total y varía de acuerdo a la calidad que prefieran por los ingredientes que lleva, pero ahora los que vienen prefieren hacer media arroba o de plano mejor compran una cantidad limitada de piezas, porque dicen que ya no alcanza una nosotros tampoco porque no hay trabajo”, relata Pedro quien lleva varios años dedicado a la elaboración de pan.