Pese a los esfuerzos de los gobiernos de Tlaxcala, las acciones y programas sociales han sido incapaces de mejorar la calidad de vida de la población y tener un impacto en la mejora de sus condiciones.

Y es que aun cuando existen presupuestos millonarios destinados en diferentes rubros que van desde el campo, infraestructura social y becas en el ámbito educativo, no hay capacidad para operar programas de desarrollo social. De hecho, Tlaxcala esta dentro de las entidades del país que no pueden combatir la pobreza, según concluye un estudio sobre el Índice Estatal de Capacidades para el Desarrollo Social, efectuado por la organización Gestión Social y Cooperación (Gesoc).

El problema de Tlaxcala se aúna a uno global en México, toda vez que más de la mitad de las entidades no pueden operar los programas que buscan, en teoría, mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos a través de programas de apoyo en diferentes modalidades y que este estudio revela como mero paliativo o "mejoralito".

De esta forma, el presupuesto destinado año con año no tiene mayor impacto en la mejora real de las condiciones que enfrentan los tlaxcaltecas, pues no tiene capacidad para utilizar los recursos públicos asignados para combatir la pobreza.

De acuerdo a este mismo estudio, se debe a que no hay capacidad para operar programas de desarrollo social, mejorar la vida de los beneficiarios de programas y reducir carencias, según lo revelan los resultados del Índice Estatal de Capacidades para el Desarrollo Social, efectuado por la organización Gestión Social y Cooperación (Gesoc).

De acuerdo al informe, entre las razones de esta situación es que se carece de planes presupuestales, padrón de beneficiarios, además de que hay programas duplicados y se carece de transparencia, entre las más destacadas. Como una especie de consuelo, Tlaxcala aparece junto con Sonora, Sinaloa, Yucatán, Oaxaca, Coahuila, Zacatecas, Chiapas, Estado de México, Tamaulipas, Puebla, Querétaro, Nayarit, Guerrero, Baja California Sur, Durango, Quintana Roo y Michoacán, en la categoría baja, identificada con capacidades institucionales precarias para la implementación de la política social.