TRASCENDIDO

El alcohol marcó mi historia: Mariana

Su relato es pausado, por momento parece que le cuesta recordarse a sí misma en aquellos tiempos.

20/01/2013 23:41:13
Rubén Hernández
agendatlaxcala
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Con un poco de temor, pero con decisión, Mariana, como la llamaremos, comienza su relato para que sirva de ejemplo a otros de los caminos inesperados y tortuosos a los que puede llevar el alcohol.
Su relato es pausado, por momento parece que le cuesta recordarse a sí misma en aquellos tiempos.
-Cómo inicie en el alcoholismo, mira fue cuando me separe de mi marido, sabes me case emocionada, con muchos sueños, me sentía bonita.
Mientras entorna sus ojos, una sonrisa débil aparece en sus labios antes de continuar, ya que este recuerdo parece no serle desagradable.
-Qué pasó con mi matrimonio no fue lo que me imagine, lo quería mucho pero no sentía nada con él, es más creo que nunca tuve un orgasmo en mi matrimonio, simplemente era la señora de su casa.
Aquí su mirada cambia y su rostro se torna serio.
-Qué maldita suerte, ahí se acabaron todas mis ilusiones. Cuando me case lo hice emocionada y también muy tonta, ahora que lo pienso me case porque creía que no iba a haber otro que se fijara en mí.
Después todo pasó, relata
-Una cosa me llevo a otra caí muy bajo, sabes empece a salir por las tardes, por las noches, cualquier día no importaba sólo quería ser libre y conocer gente, es más tenía sexo no con todos, llego el momento que no era con quien yo quisiera era con cualquiera, con quien se me pusiera enfrente.
Los cabrones solo quería eso coger conmigo.
Recuerda lo que era para ella la libertad.
-A mí eso no me importaba, salía a ligarme uno, dos, tres por  noche, pues que chingada madre no tenía marido que me lo impidiera.
Ya alcoholizada hacia lo que no podía hacer en mi juicio, el alcohol fue mi trampa.
Sabes yo les pagaba, sí yo les pagaba a los hombres, les pagaba las bebidas, les pagaba el taxi, les pagaba el hotel, les pagaba porque me cogieran.
A veces los llevaba hasta a mi casa y tenía sexo con ellos en mi casa, en mi propia casa donde también vivía mi hija de 5 años, que me importaba a mí eso.
Con este recuerdo baja un poco la mirada, signo de la pena que le da recordar este pasaje.
-Según yo era feliz, vivía esas horas de placer y locura, pero cuando necesitaba a alguien estaba sola, me sentía triste, humillada, quería una familia, amor, apoyo,
¿En qué momento termine así?, se pregunta a su misma
-Cuando terminaba de tener sexo siempre se iban y me quedaba sola, ahí es donde encontraba la realidad y el lado triste.
Cuando comencé a tomar no pensé en llegar a perderme.
Siempre que estaba en la cama con alguien quería que se quedara, no quería estar sola, quería que él, el que fuera, se quedara.
¿En qué momento su ser se cimbró?
-Un día que era el cumpleaños de mi niña le lleve un pastel, sin darse cuenta mi chiquitita tiro el pastel, yo me enoje tanto que la arrastre de los pelos por la casa, porque por estar con ella no estaba cogiendo con un hombre y además ella había tirado el pastel.
Le dije eres una pendeja que no te fijas.
Ella sólo me dijo: ya no mamita ahorita lo levanto.
Eche a perder su cumpleaños.
Al final su hija prefirió irse a vivir con su papá.
¿En qué momento me convertí en esto?, vuelve a preguntarse.
Tengo todas esas imágenes en mi cabeza, todos esos hombres, todas esas historias, todas esas lujurias y locuras que hice y todo eso paso después que me divorcie.
Cuando por sentirme libre probé el alcohol.

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