Tiene 13 años y un gran interés por conocer su lengua materna y contribuir a su preservación.

A diferencia del inglés que también estudia, Uriel señala que el otomí es más complicado porque sus escasos hablantes le impiden tener alguien con quien practicar.

Uriel Ángel Velázquez tiene 13 años y su intención es preservar la lengua otomí, de la cual en una población de 6 mil habitantes, sólo 200 lo hablan en Ixtenco.

Incluso junto con su profesor intenta aprender a escribir en otomí, un idioma que hasta hace poco sólo se transmitía de manera oral.

Su mirada inquieta deja ver algo de su personalidad y se reafirma cuando habla de sus actividades que muestran un gran dinamismo.

Estudia inglés y otomí, toca el piano y tiene una gran pasión por la música.

Aunque aun no sabe que hará en el futuro en su vida laboral y profesional, por ahora disfruta de sus 2 pasiones, la música y el aprendizaje del otomí.

Esos dos gustos se funden en el coro "Voces Yumhu", al que pertenece.

Fue ahí donde tuvo contacto con el aprendizaje del otomí hace dos años, tiempo de formación del grupo, por lo cual realiza su estudio de manera entusiasta.

De padre abogado y ahora comerciante y una mamá dedicada a la docencia, Uriel dice sentirse emocionado de formar parte del coro y acercarse a su lengua materna.

Más aún, se dice feliz y satisfecho de que su dedicación tenga ahora una recompensa y tenga la posibilidad de viajar al extranjero y cantar para el Papa Francisco.

Y es que el coro "Voces Yumhu" viajará este lunes al Vaticano para presentarse en la Santa Sede, en el 25 aniversario de las relaciones diplomáticas con México.

Uriel se muestra entusiasmado por el viaje y no duda en dar muestras de su habilidad para el idioma otomí que en Tlaxcala sólo puede encontrarse en Ixtenco.