ENTREVISTA

Tengo 16 años y soy víctima del internet

¿Cómo lo conociste? "Por Internet" ¿Qué fue de ti o, qué relación se dio luego de conocerse? "Fue mi novio" ¿Por cuánto tiempo? "Por dos meses" ¿Luego qué pasó? "Viví con él tres meses" ¿En calidad de qué, cómo qué? "Como su mujer"

13/03/2015 17:51:39
Bernardino Vázquez Mazatzi
agendatlaxcala
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*Bernardino Vazquez Mazatzi

Tengo 16 años y soy víctima del internet

¿Cómo lo conociste?

"Por Internet"

¿Qué fue de ti o, qué relación se dio luego de conocerse?

"Fue mi novio"

¿Por cuánto tiempo?

"Por dos meses"

¿Luego qué pasó?

"Viví con él tres meses"

¿En calidad de qué, cómo qué?

"Como su mujer"

La que habla es Jessy, una chiquilla de 16 años de edad. Tiene 6 meses de embarazo como consecuencia de haber vivido con un individuo de 45 años de edad al que conoció en Internet. Es menudita y se le ve decaída, frustrada, triste.

Se dice víctima del internet, aunque en realidad lo es también del abandono de sus padres, de la falta de orientación, de un consejo, de amor. La dejaron sola cuando más necesitaba de alguien en quien confiar, de alguien que la comprendiera. Nos platica.

"... Es que como mi papá no siempre está con nosotros y como mi mamá trabaja, mis hermanos y yo nos quedábamos solos todo el tiempo. Bueno, en realidad mi papá se la pasa casi todo el tiempo con sus amigos, tomando, y mi mamá pues casi no nos ponía atención".

"Mis jefes casi siempre se están peleando, si no es por una cosa es por otra, pero siempre se están gritando y hasta se agarran a golpes. A mí me daba harto coraje verlos así, aunque si les decíamos algo, nos callaban, nos decían: tú cállate, tú estás mocoso, tú qué sabes de la vida".

"Bueno, mis hermanos tampoco me hacían caso. Como son hombres pues se salían de la casa todo el día, andan de vagos por la colonia; el grande ya toma y se junta con los de la banda y pues el chico anda con él, creo que en lo mismo".

"Yo estaba en la secundaria pero me expulsaron por una bronca que hubo en la escuela. Una vez, unas chavas se agarraron a madrazos y ahí me ve usted, como eran mis amigas también le entré y ya que nos agarran a todas y a mí me echaron la culpa y me expulsaron. Mandaron a traer a mis papás pero no fueron, ni se enteraron de qué se trataba".

"Bueno, en realidad mis papás nunca supieron si ya no entraba a la escuela. Yo salía de la casa a las ocho de la mañana y regresaba a las cuatro de la tarde. Como no había nadie en la casa pues nadie se daba cuenta de la hora que regresábamos y cómo. Porque déjeme decirle que más de una vez llegué hasta la madre; porque en la secundaria los chavos ya toman, y un chingo; se ponen unas pedas... y a esa edad casi todos fuman".

"Un tiempo dejé las amigas. No por mi voluntad, sino que nos andaban buscando unas viejas para darnos en la madre... hicimos una pendejada ¿si? Y fue en ese tiempo en que me metí al internet; nomás por perder el tiempo. Luego le agarré la onda a eso. Abría yo unas páginas porno y… nombre... lo que ahí se ve. Lo agarré como vicio. Con decirle que llegué a estar hasta seis horas diarias en las compus...".

"Me hice una cuenta de Facebook y ahí conocí un chingo de gente. Llegué a tener hasta 900 amigos. Y con unos se platica cosas bien fuertes. Recuerdo que con un guey de Tijuana llegamos a hacer el amor por internet. Él me decía cosas y yo otras, pero así, de que cómo lo tienes, de que cómo estás de esto y de esto otro y de que qué se siente esto y aquello".

"Ah, bueno, pues a éste lo conocí porque me mandó una solicitud de amistad. Y yo a todos los aceptaba ¿no?, y pues ya que lo voy viendo; no, pues sí, estaba re papacito. Era moreno, de bigote y barba así, como descuidada, se veía interesante, bien guapo, con un cuerpo así, bien chido, como a mí me gustan los hombres. Se veía como de 23 años, o menos".

"Se llamaba Cristian, del DF. Me dijo que era empresario, que trabajaba con su papá en el negocio de las refacciones para coches pero que se peleó con su jefe y que se separó, que ya había iniciado su negocio propio, que le iba bien, que tenía una cuenta en el banco, un carro más o menos y que estaba por terminar su casa. Hasta me mandó unas fotos de su casa en obra negra, con los albañiles trabajando y también de su auto; no, dije, si este guey tiene lo que merezco".

"Me preguntó: oye, ¿quieres ser mi novia? Le digo: no mames, a poco así, de lejos. Y pues ya me dijo que sí se podía, que yo le gustaba, que era yo una chica bonita".

"Bueno, pues, así empezamos... yo no le decía la neta ¿si?, yo le decía que mis jefes estaban en Estados Unidos y que yo vivía con mi abuelita pero que ya me tenía hasta la madre porque me regañaba mucho, que mis tíos me controlaban todo y que ya quería mandar a todos a la chingada. No, me dice, pues cuando ya no aguantes ese pedo, te puedes venir a vivir conmigo".

"Y sí, pues ya me empezó a decir que no, que si te vinieras a vivir conmigo yo te andaría llevando a los bailes, te compraba ropa bonita, te andaría trayendo en mi nave y ya si quieres pues hasta me puedes ayudar como cajera en mi empresa. No mames, decía yo, a poco todo eso. Y me decía: te haría yo mi reina...".

"Me fue convenciendo poco a poco. Y es que me enseñaba fotos que dizque eran de sus papás, y de pachangas en donde iba de invitado especial de sus refaccionarias. De su casa que ya mero la terminaban. Con decirle que una vez hasta me preguntó: oye, princesa, cómo ves, le pongo las ventanas así o asado, de esta forma o de otra. Y yo: no, mi amor, pues ahí como tú veas".

"Tuve miedo de perderlo. La neta llegó el momento en que dije: con este guey lo que quiera y cuando quiera y de la forma que quiera... por eso dije: la próxima vez que me pida que me vaya con él ya nomás le pregunto en dónde me espera o que me diga cómo llego a su casa y me cay de madres que le llego".

"... Bueno, en mi casa las cosas estaban igual: una mierda. Yo una vez le quise decir a mi jefa lo del Cristian y de lo que me pedía y todo ese pedo, pero mi jefa que manda al averno. No estés chingando, me dice. Y no, pues ella casi siempre estaba de malas, o llorando, o dándose de madrazos con mi papá. Y mi jefe pues ni contar con él, para nada. Mis carnales menos. Mis amigas ya andan en pedos más gruesos; yo creí que lo mío era una oportunidad de esas que sólo hay una en la vida y pues me decidí".

"No, a nadie le dije. Cuando me salí de la casa que le chingo una lana a mi jefa y que agarro dos o tres trapos y que me voy a la chingada. Dije: pa’ qué chingaos llevo ropa si Cristian me va a comprar de a madres. Y pos ya le caí en su casa, por la tarde".

"Bueno... es que estaba yo bien pendeja... no agarré la onda. Me dio una dirección en la delegación Iztapalapa, y ya agarré un Flecha Roja y llegué a la TAPO como a las dos de la tarde. De ahí agarré un taxi y ya me dejó cerca de un kiosco y ya empecé a preguntar por la calle y ya llegué...".

"Toqué la puerta de lámina despintada y que sale un guey pues la neta, feo. Daba asco. Barbón, sucio, bien tatuado en todo su cuerpo, y viejo. Oiga, le digo, ando buscando a un chavo así y asado, se llama Cristian. Me dice, vienes sola; no pues que sí. Métete, me dijo, Era una casa de dos cuartitos y una sola cama. Todo estaba sucio, desordenado, olía mal".

"Y pues ya me dijo la neta: qué Cristian ni qué la madre. Aquí el único Cristian soy yo. Y conste que yo no te robe, ni te metí a fuerzas, ni te amenacé: tú viniste solita y sabes a lo que vienes, así es que ni modo".

"Fui su mujer tres meses. Le lavaba la ropa, le hacía de comer y por las noches me hacía su mujer. Si no quería yo, porque la neta me daba asco, me daba mis putazos, me lo hacía a fuerzas..."

"No, fíjese que no me tenía ni amarrada ni encerrada. Por eso cuando dije: no, ni madres, qué chingaos hago aquí, simplemente me salí. Le pedí a una señora dinero para regresar a Tlaxcala y ya me vine..."

"Pues viera usted que no... no, si en mi casa les valió madres que me hubiera ido, que me hubieran matado o violado, que ya fuera embarazada o de quién... mi jefa nomás me dijo: me tenías que salir con una estupidez... Y mi jefe nomás se me quedó viendo y dijo: puta igual que tu madre..."

"¿Qué sigue?, bueno, pues voy a tener mi bebé, lo voy a mantener: qué me queda. El pedo es que no hacer nada, pero pos ahí Dios irá diciendo por dónde..."

Jessica es apoyada por una señora a la que le dice madrina. Doña Mari la lleva a la clínica a sus chequeos médicos, le da consejos de mujer y ya hasta le compró ropita a la próxima niña por nacer. Ya consiguió como donaciones una andadera, unos juguetes, más ropa y zapatitos, de lo que van dejando las criaturas cuando crecen. Dice que con lo que la paguen en estos días va a completar para pagar el hospital.

Pero eso no le quita la tristeza a Jessy. Y tampoco va a cambiar la historia. Fue víctima del internet, es verdad, pero antes, lo fue de una familia disfuncional…

*Escritor y Periodista

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