El niño de El Cerrito, miles de juguetes testifican milagros

Por donde se mire, la iglesia que alberga la imagen de "El Niño del Cerrito" en Nopalucan está llena de juguetes como mudo testimonio de los milagros y el agradecimiento de quienes acuden en busca de la cura de algún mal.

Cuenta la historia que un 25 de junio de 1952, el niño Jesús se le apareció un hombre de oficio tlachiquero y nació la veneración de una de las imágenes a la que se le atribuyen más milagros en Tlaxcala.

Su iglesia está en El Cerrito de Santa Anita Nopalucan.

Los habitantes aseguran que "El Niño del Cerrito", aparece cada tanto para jugar con los juguetes que sus devotos le llevan y que en su mayoría se concentran en un ala externa a la iglesia, donde los menores acuden a verlos.

Sin embargo, los juguetes sólo permanecen en ese lugar sin que puedan ser donados o utilizados, ya que los pobladores aseguran que en una ocasión que intentaron donarlos a un orfanato, ocurrió un hecho que ha alimentado el fervor y la devoción a la imagen.

El llanto de un niño por sus juguetes

Por el año 2000 los pobladores de los pueblos vecinos a Nopalucan aseguraban que habían visto en las calles a un niño llorando.

Cuando le preguntaban la razón de su llanto, el niño expresaba que sus papás habían regalado sus juguetes y ya no quería ir a su casa.

De este hecho atestiguaron, comentan en la población, habitantes de Tepetitla y algunas comunidades de Panotla que son vecinas de  Nopalucan.

Llamaba la atención el hecho de que el niño no era identificado y fue una mujer que visitó a la imagen, quien notó el parecido y pidió hablar con los fiscales de la iglesia.

"Su Niño se quiere ir, ya no se siente a gusto y llora porque regalaron sus juguetes", les dijo.

Desde esa fecha, los juguetes los conservan en una sala a un lado de la iglesia y se conservan lo más que se puede.

Así, miles de juguetes distribuidos en toda la iglesia dan fe de los milagros que los creyentes le atribuyen y le agradecen al "Niño del Cerrito".

La historia

Cuando se dirigía al campo a rascar sus magueyes, en junio de 1952, un tlachiquero se encontró en su camino a un niño que dio lugar a esta creencia católica.

"Al señor Alejandro Ocotero de oficio tlachiquero y albañil tuvo la dicha de que se le apareciera el niño Jesús, se consigna en las paredes de la iglesia.

Este hecho ocurrió en el lugar conocido como "El Cerrito" de Santa Anita Nopalucan, lugar donde pidió que se le construyera una iglesia.

"Mi casa se hará con todo lo que aquí llegue. Por prueba te dejo una cruz en la tierra y la huella de mi pie".

En una parte de la iglesia, los creyentes conservan la Cruz de tierra y la huella del pie de "El Niño del Cerrito", como prueba de su existencia y materialización en la tierra.

La fe lo puede todo

Así, diariamente, con una plegaria y una petición para sanar o solucionar algún problema, los creyentes desfilan a los pies de una imagen que acrecentó su fama cuando le fue robada una corona en 2017 y que después apareció en el mismo nicho y se le atribuyó el milagro al Niño.

Los testimonios de sus curaciones milagrosas abundan entre los fieles que acuden a la iglesia y relatan que en momentos de angustia, enfermedad o desesperación, encontraron un apoyo en El Niño de El Cerrito.

"Yo le pedí que me ayudara en una enfermedad, vine con mucha devoción y apenas entré y lo vi, sentí una emoción incontrolable y las lágrimas me brotaron, sentí que había escuchado mis plegarias", nos confía una mujer de mediana edad que acudió a buscar la curación a su mal.

"En otro caso, un hombre que estuvo al borde de la muerte relata que en alguno de sus momentos críticos, pensó en esta imagen que ya había visitado en ocasiones anteriores y quiero darle las gracias".

Otro testimonio dado a este medio asegura: "Yo estuve muy Mila de mis ojos, ya casi no veía, fui a verlo y me eche agua bendita, mis ojos sanaron y hasta hoy puedo ver bien".