AgendaTlaxcala
Domingo 07:24 pm, 16 Jun 2019.

Anomia, un mal que se hace normal por Misael Onofre Muñoz

Desde La Sociología por Misael Onofre Muñoz

Misael Onofre Muñoz | agendatlaxcala | 3393 lecturas | 0 comentarios

Anomia, un mal que se hace normal por Misael Onofre Muñoz

En la actualidad y por la introducción de las tecnologías estamos acostumbrados a escuchar noticias de todo tipo, son tan diversas en su contenido, pero lamentablemente no son siempre buenas noticias; los agravios hacia otras personas son tan comunes que no sorprende a nadie el escucharlas, ni imaginar que pudiera suceder el día de mañana. Sin embargo, esto no debería de ser así, pues la base principal de cualquier sociedad es buscar el bien común, que aquella voluntad de vivir se vea exaltada y convivan en conjunto para hacer fuertes a las sociedades, este ideal frente a tantos agravios, violaciones a las reglas establecidas provocan poco a poco la ruptura del tejido social, no sin antes volverse imperceptible para la mima sociedad, y no es que sea un mal invisible, simplemente es normalizado y se aceptado, tanto que se vuelve algo común, un fenómeno al que no se le presta atención. Esta ruptura de normas, indudablemente afecta en la vida y en la convivencia de las personas, sin estas normas el desarrollo tanto individual como en la vida colectiva se ve permeada, impide que los integrantes de la sociedad se desarrollen de manera adecuada.

El gran problema para poder comprender los fenómenos que aquejan a la sociedad radica en que la sociedad misma es cambiante y volátil, los problemas que surgen en ella también lo son. Por lo que el desafío radica en poder actualizar y reutilizar un lente que nos ayude a ver con mayor claridad el problema de la normalización de los problemas, para esto el concepto de anomia, parece ser una buena herramienta, propuesta por el sociólogo francés Emile Durkheim, a finales del siglo XIX, en su obra, La división de trabajo de 1893, en donde sostienen que el Estado sin normas y sin reglas, hace inestable la convivencia y su correcta integración grupal. En este estado no se respetan las reglas, se degradas a un punto de olvido, simplemente ya no son respetadas aun cuando la conciencia colectiva las tiene presentes, esta carencia de leyes rompe con la estructura que plantea Durkheim, pues indica que la sociedad tiene dos funciones principales, la primera es la integración y la segunda es la regulación, al no tener presente una correcta regulación de los intereses en conjunto de la sociedad, los sentimientos, ideales, creencias y valores que surgen a nivel individual también son afectados, entonces los individuos de esta sociedad, claramente no podrán generar una correcta integración. Este punto, es uno de los males que atañen nuestra sociedad, no se logra una correcta solidaridad con todos, y los diferentes trabajos que se realizan dentro de la sociedad. La integración social, que pareciera ser consecuencia a primera vista de que no exista respeto por las reglas de convivencia, tiene otros factores que están impresos en la dinámica de la sociedad moderna, y esto es la solidaridad del uno con el otro, se esperaría que dentro de la sociedad, cuando alguien rompe las reglas establecidas, sea castigado por la mayoría, pero en las sociedades modernas parece no funcionar así, la explicación podría estar localizada en una falta de solidaridad dentro de una sociedad fragmentada en trabajos específicos. Durkheim, especificaba que, para el surgimiento de esta solidaridad colectiva y orgánica, cada uno de los individuos debía caer en la cuanta que se necesita del otro para poder vivir de manera correcta, pues ninguno es capaz de realizar todos los trabajos, en consecuencia uno respeta y protege el trabajo del otro.

Las preguntas son claras ¿Se ha logrado la solidaridad dentro de nuestra sociedad, se tiene respetos y se valora el trabajo del otro? No, no se ha logrado, y las consecuencias se muestran día con día. Dentro de esta sociedad moderna, en donde a cada individuo se le asignas trabajos específicos, e incluso se les brinda un estatus, importancias más altas en comparación con las de otros, es evidente que la solidaridad surge con problemas, pues se desprecia el trabajo del otro, desde esta visión individualista y estratificada, no se le da la misma importancia, cuando se rompen las leyes se afecta a un sujeto que al otro, para la sociedad moderna, no significa lo mismo un robo para un artesano de clase baja, que un robo al empresario que no forzosamente perdió gran parte de su riqueza, la atención no es la misma. Y esta división también hace posible dos cosas, la primera una difícil integración total de la sociedad, y segunda al no haber una correcta cohesión social, esto permite que cuando se rompen las reglas, para un sector u otro de la sociedad, no se le dé la importancia necesaria. Esto responde al planteamiento hecho líneas atrás, cuando alguien rompe la ley se esperaría que fuera castigado por la mayoría, pero no es así, pues solo un sector de la sociedad comparte el sentimiento de unidad, para los demás aun cuando están conscientes del agravio, la sensación de solidaridad, es tan fuerte, no se cómprate para la mayoría de la población, al contrario, es casi imperceptible en daño hecho a otro sector de la población. Estas conductas se escuchan a diario, se hacen algo cotidiano y terminan por normalizarse. La anomia Social, es la crisis que resulta de la disminución y depreciación de los valores étnicos, se origina dentro de una estructura o sistema social determinado, hasta convertirse en patrones de conductas.

Lo que parece ser el reflejo más claro de los problemas de la sociedad, podría estar situado en la indiferencia, una conducta común de ver día con día, dicho de otro modo, “Sí no me afecta, no es mi problema”. Como ejemplo está la anécdota del pasado domingo 9 de junio, en el mercado dominical del municipio de Chiautempan, en donde se vivió el asesinato de dos comerciantes, por supuestas deudas pendientes. Un acto tan cruel y despreciable como el asesinado, no fue suficiente para que la mayoría de los visitantes del mercado dejaran de hacer sus actividades, incluso para algunos fue cosa de segundo término. Esta anomia, esta indiferencia a los hechos sucedidos, incluso puede ser visto como una filosofía muy acorde de los tiempos modernos, puede ser el claro ejemplo de una sociedad normalizada y acostumbrada a los problemas que le aquejan, pues este ideal pareciera ser una especie de escudo ante los males, que no los soluciona, pero si evade al sujeto de confrontarse con el problema. Sin embargo ¿Qué pasa cuando el problema nos afecta? Se alzan las voces, y así se dan cuenta de que el problema existe, es pesado tener que soportar las consecuencias de los males que aquejan a la sociedad, ya no es algo natural del contexto, con el que nada se puede hacer. La solución ante este gran problema no puede estar en una sola parte de la sociedad, afecta a toda y requiere la atención completa de ella, desde la educación, los valores y con políticas públicas que mejores los dos aspectos que unen a cualquier sociedad, normas que se respeten y asegures el desarrollo de todo individuo que la integra, tal vez así se logre la cohesión de esta sociedad en estado de anomia.