¿Cómo es descubrir, ser diagnosticada y vivir la enfermedad en un mundo diverso con importantes desafíos como la desigualdad?
En el Día Internacional de Lucha Contra el Cáncer, en México dos de cada cien mil mujeres mueren por esta enfermedad. Respecto al cáncer de mama, en 2016 se registraron 16 defunciones por cada 100 000 mujeres de 20 años y más, cita el boletín emitido por el Instituto Nacional de Geografía e Informática, fechado el día 2 de Febrero de 2018, a propósito de la batalla contra este flagelo.
571 000 muertes, refiere la Organización Mundial de la Salud en 2017.
Por ello, el 4 de febrero de cada año se conmemora el Día Mundial.
Otra nota especializada: “el 30% de las muertes por cáncer se deben a factores de riesgo entre los que sobresalen: factores genéticos y exposición a contaminantes…Cita el encabezado “En México, cada hora mueren nueve personas de cáncer…” Televisa News.
Los números son impresionantes.
¿Pero cómo es descubrir, ser diagnosticada y vivir la enfermedad en un mundo diverso con importantes desafíos como la desigualdad?
Cómo enfrentarse al muro de la indiferencia, porque no somos capaces de asumir que en cualquier momento se puede tratar de nuestra propia salud. Como continuar luchando por vivir el tiempo que sea posible en condiciones de calidad, si frente a ti, se va desdibujando el ahorro, el trabajo, la solidaridad, respeto y protección de los derechos humanos como primera característica de un régimen y de una sociedad democrática en la que se supone vivimos.
En el Estado de Tlaxcala, el panorama no es muy distinto de la situación nacional, los casos, informa la Secretaría de Salud en su Boletín Epidemiológico entre 2017 y 2018, se duplicaron. Sin embargo, aún con la gravedad de los casos como en otras enfermedades, paralelamente el cáncer enfrenta y ubica a quien lo padece y a la familia a situación de vulnerabilidad, deshumanización del entorno y de personas o autoridades que deben ser el primer resguardo de los derechos fundamentales, contra la violencia estructural y discriminación.
Por ello, en esta fecha tan relevante constituida en espacio de reflexión y evaluación de los desafíos, expresamos que el cáncer no es solo una enfermedad biológica. Progresiva y decadente se trata además, socialmente hablando, de un mal que acaba física, moralmente a quien le aqueja y la, lo ubica en profunda soledad y vulnerabilidad.