Desde La Sociología por Luis Perez Cruz
No cabe duda que México está plagado de contrastes, sobre todo cuando los gobiernos tratan de implementar políticas que ataquen problemas sociales como la pobreza, pero poco se ha podido avanzar en las últimas dos décadas, donde no solamente vemos el avance de la desigualdad económica, sino que el la brecha entre quines tienen todo y quines no tienen nada se va convirtiendo en un verdadero abismo, además de que la clase media crece en número pero disminuye su poder adquisitivo.
Insistimos, en las últimas dos décadas nuestro país se ha transformado abismalmente y las desigualdades se han convertido en el común denominador y en algo natural, por lo que ser pobre en este país, no solamente es una condición de ciertos sectores de la población, sino abarca a cada vez más y, lo peor de todo, resulta una condición normal.
Por ello, creemos importante destacar una serie de elementos que nos permitan comprender esta realidad y la necesidad de implementar medidas que cambien drásticamente el actual panorama, de lo contrario transitaremos a condiciones que no favorecerán a nadie.
1. Carlos Slim fue el hombre más rico del mundo hace 12 años, ello fue motivo para primeras planas de medios de comunicación, así como notas destacadas en radio y televisión, pero ello implica que la concentración de la riqueza en nuestro país es cada vez mayor, no creemos que se deba al éxito natural en una sociedad con competencia, sino que esta situación es propicia en una sociedad desigual y con un sistema que alienta la injusticia y promueve la corrupción y el enriquecimiento de uno en perjuicio de muchos.
Slim, de acuerdo a la revista Fortune, en los últimos años gana alrededor de 27 millones de dólares al día; ello se traduce a que su fortuna paso, entre 2005 y 2007, de 30 mil a 59 mil millones de dólares, lo que resulta impensable para una persona común y corriente que trata de sobrevivir.
2. De acuerdo a datos de la ONU, México se encuentra en el lugar 103 de 126 países en el mundo en cuanto a desigualdad, lo que significa que un 70% de mexicanos viven en la pobreza; ello quiere decir que mientras Slim gana 27 millones de dólares al día, más de 20 millones de mexicanos ganan al día dos dólares o menos.
No cabe duda que ello constituye un contraste realmente abismal, por lo que no podemos creer que estemos viviendo en un país con una democracia consolidada y menos con oportunidades para sectores vulnerables como jóvenes y mujeres.
3. Por otra parte, resulta indudable que la aportación de las mujeres en el gasto familiar es determinante, pero las condiciones en que laboran son desiguales, ya que su ingreso equivale al 70% del de los hombres; esta situación se traduce no solamente en condiciones laborales desiguales, sino también en situaciones complejas en los hogares.
De igual forma, el 50% de las mujeres mayores de 15 años no reciben ingresos propios, a diferencia de los hombres, cuyo porcentaje se ubica en un 20%, lo anterior se refuerza con la información ofrecida en el párrafo anterior, ya que, insistimos, no es exclusividad del ámbito laboral, sino que también influye la situación familiar.
4. Otro de los aspectos que constituyen el cimiento de los hogares que se forman en el país, de los 300 mil nuevos hogares que cada año se integran, solamente 25 mil reciben apoyo para suelo y vivienda, el resto habitan predios irregulares, familiares o viven en hacinamiento.
Ante esta situación, los nuevos hogares que se integran al país lo hacen en condiciones adversas y sin una garantía de poder remontar su situación a corto y mediano plazo.
Los contrastes del México de este tiempo son abismales y la pobreza no es enfrentada con políticas públicas, sino que se ataca de manera mediática y sin un plan estratégico adecuado.
No cabe duda que se requieren proyectos que ataquen de fondo la problemática de la desigualdad, ya que los programas sólo mitigan pero no resuelven, lo que conducirá a este país a condiciones desastrosas.