Aunque en 12 estados ya se aprobó la prohibición de venta y distribución de plásticos desechables, para Greenpeace son inválidos los motivos que la autoridad local dio para rechazar dicha ley presentada en marzo pasado.

Y es que, si bien el principal argumento del poder Ejecutivo fue la afectación económica a casi 900 negocios, la organización publicó que en Tlaxcala, las unidades económicas de la industria del plástico, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta 2017 había 37.

Lo anterior a diferencia de la Ciudad de México con 700 unidades con este giro y que ya ha prohibido la distribución, entrega y comercialización de productos plásticos de un solo uso: popotes, contenedores, productos de higiene personal, vasos, entre otros.

De ahí que Greenpeace negó que haya motivo suficiente para que Tlaxcala haya rechazado tal ley y aclara que la producción de bolsas representa del 1 al 3% y de popotes el 0.05%, según el artículo publicado en el portal de la organización.

Por igual sugiere la renovación de las empresas que se dedican a este giro por productos renovables, a la responsabilidad empresarial y nuevas fuentes de ingresos con menor impacto medioambiental.