Columna por Marco Antonio Ortiz Salas
El presidente de la República Andrés Manuel López Obrador ha planteado que desde la Cuarta Transformación debe existir un verdadero rescate del campo mexicano por lo que, contrario a la mayoría de las pseudo organizaciones campesinas creadas desde el salinismo, las nacidas de manera democrática agrupadas en el Frente Auténtico del Campo, se han manifestado de acuerdo.
Esto se debe a la coincidencia que existe cuando se señala que es el Neoliberalismo y la corrupción los principales generadores de pobreza, marginación y desigualdad para los trabajadores agrícolas. Es claro que existen organizaciones sociales que en su estructura, definición y operación luchan a diario por el interés de sus agremiados, mismos que no encuentran más bandera de lucha que la enarbolada por el General Emiliano Zapata pues en pleno siglo XXI continúan padeciendo las consecuencias de los regímenes autoritarios y ahora neoliberales que han propiciado el enorme deterioro del campo.
Por esa razón, las organizaciones democráticas pugnan por lograr una economía social donde sea el cooperativismo el eje rector, se garantice la soberanía alimentaria, el desarrollo rural sustentable y se defienda a toda costa la propiedad rural.
Como se ha planteado en distintos foros, debates y cualesquiera espacios de discusión, no puede hacerse realidad el desarrollo del campo si no se erradica por completo al modelo neoliberal, lo que en este país significa principalmente derogar el artículo 27 Constitucional. Evidentemente existen diversos intereses económicos y sobre todo políticos que se oponen a dicha derogación, sin embargo, el ala campesina está dispuesta a llegar a las últimas consecuencias para echar abajo esta reforma.
Por eso es de llamar la atención la postura del presidente López Obrador, si bien queda claro cuáles son las organizaciones que movilizan sus estructuras especialmente con un trasfondo político, ¿Por qué rechazar el diálogo con las organizaciones que plantean un nuevo pacto social?
El desdén que hace el mandatario a las organizaciones que mantienen un plantón frente a Palacio Nacional, pareciera minimizar la situación agraria y solo beneficia a las grandes trasnacionales que han sido las principales beneficiadas de la política neoliberal. La demanda principal de estas organizaciones se basa en el diálogo con el presidente a quien acompañaron cuando la toma de los pozos petroleros en Tabasco o en el plantón de Reforma cuando, al igual que él, aseguraron que existió un fraude electoral orquestado por Vicente Fox y los señores del poder para evitar que en el 2006 llegara a la presidencia. Incluso pareciera que, como en los tiempos más álgidos de la represión política de los años 70´s ahora se hace más caso a los actos vandálicos que realizan infiltrados en el movimiento campesino para desprestigiarlo.
Por razones como ésta, las organizaciones del FAC han pedido a la propia Fiscalía General de la República que se investigue a cada uno de los dirigentes y que se abran las carpetas de investigación correspondientes, para que se descubra a los personajes que, en administraciones pasadas, incluso en la actual, se han enriquecido con los recursos destinados al campo.
En tanto no haya apertura para el diálogo y no se incluyan las propuestas del Frente Auténtico del Campo en el diseño de la política pública para el agro, se movilizarán cientos de miles de campesinos en todo el país el 8 de Agosto en el marco del natalicio del General Emiliano Zapata esperando que Andrés Manuel López Obrador culmine con el desdén hacia quienes han creído en él y salieron en 2018 a las urnas para llevarlo a ser lo que es hoy, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos por el que la izquierda siempre luchó.