El tribunal decide que se castigue de la misma forma que el racismo hasta que el Congreso legisle
El Tribunal Supremo de Brasil ha decidido este jueves que la homofobia debe ser castigada como un delito, y que, hasta que el Congreso -de mayoría conservadora y bajo fuerte influencia de iglesias evangélicas- apruebe una ley específica para ello, tenga el mismo tratamiento penal que el racismo, con penas de hasta cinco años de prisión. Ocho de los 11 jueces han votado a favor, en una decisión esperada desde que se llevaron a cabo las deliberaciones el mes pasado, y que desató las críticas del presidente del país, Jair Bolsonaro.
"La orientación sexual y la identidad de género son esenciales para los seres humanos, para la autodeterminación para decidir su propia vida y buscar la felicidad", ha señalado el juez Gilmar Mendes, según ha indicado el Supremo a través de su cuenta en la red social Twitter.
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