El cuerpo, encontrado 11 días después de su desaparición con un fuerte golpe en la cabeza, presenta síntomas de haber sufrido una caída
Tras días de intensa búsqueda se cumplieron los peores presagios. El cuerpo sin vida de la esquiadora y medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa, de 56 años y madre de dos hijos, fue hallado en el pico de La Peñota, cerca de Cercedilla, en la sierra de Madrid, según fuentes policiales. El cadáver, con un fuerte golpe en la cabeza, presenta síntomas de haber sufrido una caída, según fuentes próximas a la investigación. Un guardia civil fuera de servicio, que estaba de voluntario en la búsqueda junto a su perro, ha sido quien ha hallado el cuerpo. La deportista estaba en paradero desconocido desde el 24 de agosto, cuando fue vista entrando y saliendo del Hipercor de Pozuelo de Alarcón, donde compró un poco de queso. Ese mismo día, un vecino de Cercedilla vio a Fernández Ochoa dirigiéndose hacia la zona donde este miércoles ha sido encontrada.
Los familiares comenzaron a inquietarse el 24 de agosto por su ausencia, por la falta de noticias y porque no llevaba consigo el teléfono móvil. Fernández Ochoa se había trasladado recientemente a vivir con su hermana Lola y su cuñado, ya que la que hasta entonces había sido su casa familiar, un chalet en la localidad madrileña de Las Rozas, había sido vendido tras el divorcio de su segunda pareja. Sus hijos, Olivia y David, vivían con su padre.
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