Las decisiones del chavismo y la oposición ante el inminente regreso del político marcan el futuro de la crisis política después de una semana de impasse
Hace una semana que la sensación en Venezuela es que, de nuevo, todo da vueltas sobre sí mismo. Un impasse que todo parece indicar saltará por los aires con el regreso de Juan Guaidó al país en las próximas horas. El presidente de la Asamblea Nacional anunció a última hora del sábado su intención de regresar a Venezuela, sin aclarar cuándo y este domingo convocó una concentración en todo el país para mañana, lunes, día festivo por carnaval, sin concretar tampoco cuándo regresará. La oposición confía en que la vuelta de Guaidó reactive el entusiasmo de sus seguidores, aunque las consecuencias de su regreso son aún una incógnita.
Guaidó se encuentra fuera de Venezuela desde hace más de una semana. Sus movimientos, decididos sobre la marcha y comunicados con cuentagotas, le llevaron a Colombia para liderar el intento frustrado de introducir material médico y suplementos nutricionales a través de la frontera. De allí se fue a Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador, entrevistándose con los presidentes de estos países de la región que son los que más le han apoyado y buscar un contrapeso al protagonismo de la Administración de Donald Trump en la crisis, según se desprende de las conversaciones con una decena de fuentes, entre diputados próximos a Guaidó, asesores, líderes políticos de la oposición y el entorno del chavismo, consultados para esta crónica. Una estrategia no exenta de riesgos, ya que Guaidó salió de Venezuela a pesar de tenerlo expresamente prohibido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por el oficialismo.
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