El Gobierno lanza un concurso internacional para recrear la aguja de la catedral
Pasada la primera oleada de emoción por el incendio de la emblemática catedral parisina de Notre Dame y por el anuncio de las millonarias ofertas de donaciones de empresarios y organismos nacionales e internacionales, comenzaron los resquemores sobre el carácter desinteresado de la generosidad de personalidades como la familia Pinault, que ofreció 100 millones de euros para reconstruir el templo gótico. Sobre todo, después de que algunos legisladores propusieran subir los beneficios fiscales —de por sí ya generosos en Francia— a las donaciones hasta el 90%. El Gobierno de Emmanuel Macron ha querido zanjar la polémica al anunciar este miércoles que no se aumentarán las desgravaciones para las donaciones de las grandes fortunas y de las empresas, aunque sí para las de menos de 1.000 euros, con el objetivo de alentar la participación ciudadana en la reconstrucción de Notre Dame. Además, el Ejecutivo ha prometido una ley que garantizará la máxima “transparencia” en el uso futuro de esos fondos.
Según anunció el primer ministro, Édouard Philippe, toda donación de hasta 1.000 euros podrá beneficiarse de una deducción fiscal excepcional de 75%. A partir de esa cifra, por muy millonaria que sea la contribución, la rebaja fiscal será de 66% para las personas particulares, tal como se viene haciendo hasta ahora. En el caso de las empresas, agregó el jefe de Gobierno, “se beneficiarán de una reducción de impuestos, el denominado mecenazgo, en las condiciones actuales”. En la misma comparecencia, Philippe también lanzó un "concurso internacional de arquitectura para la reconstrucción de la aguja" de Notre Dame, destruida por el incendio.
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