Decenas de miles de personas ocupan el centro de Buenos Aires para exigir al Gobierno que declare la emergencia alimentaria en Argentina
Ha comenzado 2019 en Argentina. Ya lo había hecho por calendario, claro. Pero durante enero y buena parte de febrero, el país suele transitar sin sobresaltos el paréntesis que suponen las vacaciones de verano. Hasta que todo arranca a un mismo tiempo. La señal de largada ha sido este año una gigantesca demostración de fuerza de los movimientos sociales, que ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir al gobierno de Mauricio Macri que declare la emergencia alimentaria, que obliga al Estado a aumentar los subsidios a los comedores comunitarios. La protesta ha sido la primera en un año electoral que ya se perfila cargado de conflictos. La economía da a Macri solo malas noticias y la presión que sube desde la calle marcará el pulso de la campaña por la presidencia.
Las columnas de las agrupaciones sociales avanzaron hacia el centro de la ciudad para confluir al pie del obelisco, en los cruces de la legendaria avenida Corrientes y la 9 de Julio, la arteria “más ancha del mundo”. Desde allí denunciaron lo que consideran “el peor año desde la crisis de 2001”, cuando la economía argentina saltó por los aires y le costó el cargo al presidente Fernando de la Rúa y a otros tres que le sucedieron. Aquella debacle cayó como un tornado sobre Argentina. Esta se vive a cuentagotas, con cifras negativas que se acumulan desde el año pasado y un Gobierno que ha recurrido al dinero del Fondo Monetario Internacional (FMI) para no entrar en cesación de pagos de la deuda externa.
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