El proceso se vio plagado de nuevas acusaciones que empañan la renovación de la dirigencia
La guerra interna por hacerse del control del Partido Encuentro Social de Tlaxcala (PEST) subió de tono y el proceso se vio plagado de nuevas acusaciones que lo convierten en un cochinero donde prevalecen las señalamientos mutuos de descrédito y compra de votos a través de la supuesta negociación de las cuentas públicas.
A las acusaciones de provocaciones que han terminado en golpes en algunas asambleas que ya habían enrarecido el ambiente en el proceso de renovación de la dirigencia, se sumó este fin de semana la publicación en redes sociales de una supuesta conversación que evidenciaría la presión del diputado José Luis Garrido, al alcalde de Santa Cruz Tlaxcala, Miguel Ángel Sanabria para aprobar sus cuentas públicas.
En capturas de pantalla se muestra una presunta conversación del diputado local para pedir el apoyo de gente a cambio de aprobar la cuenta pública de ese ayuntamiento, cuyo alcalde llegó de manera independiente.
Ante esto, el mismo diputado local negó en su cuenta de Facebook la veracidad de esa conversación y señaló que se trata de difamar y desprestigiar.
No obstante, este último episodio se sumó a una lista de acusaciones de irregularidades, provocaciones y golpes que han empañado al proceso para renovar la dirigencia.