Desde hace varios lustros, las organizaciones campesinas del Frente Auténtico del Campo diseñan año con año un proyecto alternativo de presupuesto basado primordialmente en la reorientación del gasto público para el sector agropecuario. Esto bajo una demanda reiterada: no se reclama más presupuesto para el campo, sino su orientación desde el Estado en el que se beneficie primeramente al pequeño productor, se invierta en bienes públicos e infraestructura y en inversión productiva para incrementar la producción y productividad de las pequeñas y medianas unidades de producción. Esta iniciativa de las organizaciones campesinas es de sumo contraste con las políticas públicas, que, a partir de 1992, benefician a las grandes transnacionales escudadas en el artículo 27 Constitucional. Por esa razón, desde la óptica del campesino organizado, se hace necesario demandar de la Cámara de Diputados un presupuesto acorde a las necesidades reales del trabajador agrícola, lo que genera una serie de actividades tendientes a sensibilizar a los legisladores en turno.

El artículo 27 constitucional desde la promulgación de nuestra carta magna en 1917, ha sido modificado una y otra vez de acuerdo a la orientación política de cada gobernante; sin embargo, cada vez se aleja más de los orígenes que le dieron vida, es decir de la Revolución Mexicana y de la lucha de los Generales Francisco Villa y Emiliano Zapata que pugnaban por una reforma agraria. A los campesinos no nos extraña la tendencia de los gobiernos neoliberales de adecuar o modificar el texto constitucional en la materia para beneficiar a las grandes empresas, esa ha sido una de nuestras principales banderas de lucha: combatir al neoliberalismo en cualquiera de sus expresiones. Lo que si nos extraña es la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador de proponer al Congreso de la Unión una iniciativa que reforme el artículo en referencia como lo demandamos las organizaciones campesinas, a sabiendas de que mantener dicho artículo contribuye a elevar la pobreza y marginación del sector campesino por su alto contenido neoliberal.

También nos extraña que en el proyecto de presupuesto 2020, un gobierno emanado de la izquierda considere que el desarrollo y progreso rural debe basarse en el asistencialismo como todo gobierno neoliberal.

Nos causa extrañeza porque desde el ejercicio 2019, quedó demostrado que las políticas resultaron fallidas, que no hubo capacidad de realizar un gasto con objetivos y metas claras a favor del campo. No sólo se incurrió en subejercicios en la aplicación de los recursos, sino que además fueron operados de manera ineficaz y alejados de la transparencia que pregona el presidente. Para nosotros, mantener esta tendencia de disfrazar subejercicios llamándolos ahorro, solo acrecienta la tentación de aquellos funcionarios de dar un uso clientelar de los programas sociales.

Ante esta situación y ante la posición de los diputados de MORENA que recibieron la instrucción directa de presidencia como en los mejores tiempos del PRI de no mover un ápice al proyecto, a los campesinos de todo el país nos obliga a dejar de lado nuestras diferencias y actuar en unidad para demandar al Congreso de la Unión que se analice a profundidad el proyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal 2020, pues al igual que el ejercicio 2019 atenta contra el campesino y contra el agro en su conjunto sin más argumento que la cantaleta de que “se acabó con la corrupción”

Los campesinos hacemos un llamado a la Cámara de Diputados a reconocer que, para alcanzar la soberanía alimentaria, primero se debe rescatar al campo. A que analicen, discutan y aprueben un presupuesto de acuerdo con las necesidades de sus representados y no sometida a pie juntillas a la voluntad del presidente. Debiera el poder legislativo con su soberanía, comprender que mientras el presidente pugna por mantener un régimen asistencialista, nosotros pugnamos por alternativas de crecimiento como la creación de la Banca de Desarrollo Social, la defensa de los derechos de los asalariados del campo, la universalización de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y la defensa de los recursos naturales y del medio ambiente.

Parece que se está cumpliendo el plazo de las organizaciones campesinas de todo el país para unirse en una sola voz. Es hora de iniciar una jornada nacional de lucha en defensa de un presupuesto digno para el campo porque, a como se ven las cosas, AMLO y sus nuevos aliados del Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo Nacional Agropecuario, prefieren mantener esa visión neoliberal que no permitirá que haya paz ni justicia social para el campo, únicamente asistencialismo puro.

Secretario General de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas. (CODUC)