El presidente de EE UU solo conoce las breves conclusiones del fiscal general
De la batería de tuits que ha disparado Donald Trump sobre el ‘Rusiagate’, este sábado hubo uno que llamó particularmente la atención: “Todavía no he leído el informe de Mueller, aun cuando tengo el derecho a hacerlo”, se jactaba el mandatario, en alusión al documento de casi 400 páginas elaborado por el fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa y la posible colaboración del republicano o su cúpula con Moscú durante la campaña de 2016. Trump quedó conforme con las conclusiones redactadas en cuatro folios por el fiscal general William Barr, en las que sostenía que no hubo colusión y que, a pesar de que Mueller no exoneraba al presidente del delito de obstrucción de justicia, él consideraba que no había pruebas para establecer dicha falta. Parte del equipo del fiscal general se ha quejado de la pobreza informativa del texto publicado por Barr, según publican The New York Times y The Washington Post.
Las conclusiones de Barr sobre el informe de Mueller publicadas el 25 de marzo han funcionado como gasolina para Trump. El mandatario, que siempre vapuleó la investigación de la trama rusa tachándola de “caza de brujas”, no deja de repetir desde entonces: “No hubo colusión, no hubo obstrucción a la justicia”. De lo primero, no cabe duda según lo publicado por el fiscal general respecto a las investigaciones de Mueller, pero sobre lo segundo todavía no existe absoluta claridad. Tras 22 meses de trabajo -siempre según la carta que Barr entregó al Congreso-, el equipo del fiscal especial afirmó que “no concluye que haya cometido un delito (de obstrucción a la justicia), pero tampoco le exonera". Esta es una de las pistas a las que se han aferrado los demócratas desde entonces para no zanjar el tema.
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