La ofensiva contra Maduro es la punta de lanza de una política regional de mano dura de Washington contra los regímenes autoritarios de Latinoamérica
Como ocurre con muchas de esas ideas que pasan a la historia (véase el muro que Trump quiere construir en la frontera con México), el famoso “eje del mal” que marcó la era de Bush hijo surgió como poco más que un recurso retórico. El presidente George W. Bush pronunció esas palabras por primera vez en su discurso del estado de la Unión de 2002, englobando Irak, Irán y Corea del Norte. Aquello, que dio la vuelta el mundo, parecía sintetizar meses de reflexión sobre los contrapesos y riesgos planetarios tras el 11-S. Años después, sin embargo, uno de los redactores de dicho discurso, David Frum, contaría en sus memorias que la expresión tan solo buscaba crear una argumentación para invadir Irak. Otro de los redactores de la Casa Blanca, Michael Gerson, se le había acercado unas semanas antes de ese gran día en el Capitolio con un “encargo”. Le dijo: “¿Puedes resumir en una o dos frases nuestro mejor argumento para ir a por Irak?”. Y Frum encontró una frase redonda que pasó a la posteridad.
Antes, los halcones que rodeaban a Bush ya habían muñido el discurso de la inevitabilidad de la guerra de Irak. Uno de ellos era el número de tres del Departamento de Estado: John Robert Bolton. Tenía 53 años, venía recomendado por Dick Cheney y se hizo famoso en la época por haber llegado a decir que Naciones Unidas no existía: “Existe una comunidad internacional que puede ser liderada por el único poder real que existe en el mundo, Estados Unidos”, se despachó.
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