Puede que el debate AMLO-Jorge Ramos, escenificada en la conferencia de prensa del viernes 12 de abril de 2019, la conocida “Mañanera” del presidente de la República, haya sorprendido a algunos. Sí, pero no por las razones que se manejan en diversos medios de opinión.

Cabe aclarar que este enfrentamiento verbal tuvo un momento de total desentendimiento cuando el primer mandatario trató de convencer al periodista de Univisión de que los datos que él mencionaba, respecto a que de diciembre de 2018 a febrero de 2019 habrían ocurrido 8 mil 524 homicidios, convirtiendo al inicio del sexenio en el más violento de cuantos se tiene registro y perfilando al año 2019, si estas tendencias no se revierten, en el más sanguinario de la convulsa historia reciente del país.

Posteriormente López Obrador acudió a una estadística que refutaría a Ramos, mostrando la cifra de homicidios por promedio diario. En efecto, en la pantalla se mostraron los datos de Víctimas reportada por delito de homicidio (Fiscalías estatales y dependencias federales) Homicidios dolosos:  diciembre de 2018: 79.7; enero de 2019, 75; febrero de 2019, 83.1; marzo de 2019, 77.5. Estos datos se atribuyen a la fuente CENAP y equivaldrían a 7 mil 122 homicidios en los primeros tres meses.

Estas cifras en apariencia chocan con las que presentó el Centro Nacional de Información, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, quien al dar a conocer las Víctimas de Delitos del Fuero Común Nacional 2019, en su Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas apunta que sólo en el rubro de Homicidios dolosos, se presentaron más de 8 mil de éstos.

Aparentemente, aclaramos, porque la estadística de AMLO se refería a la apertura de expedientes de investigación, los cuales pueden incluir uno o más homicidios.

En los últimos cinco meses del gobierno de Enrique Peña Nieto se cometieron aproximados 2 mil 500 homicidios mensuales, 7 mil 721 en los últimos tres meses, para tener un periodo comparable en la administración saliente y la entrante. Ni la forma de contar muertos ni promedios diarios tendrían que modificar el total de personas fallecidas en hechos de violencia. Evidentemente hay un problema metodológico que no permite ajustar las cifras, mismas que deberían coincidir.

Lo cierto es que sean unas u otras, las tendencias que se apreciaban en el número de homicidios del fin del sexenio priista parecen coincidir con los primeros meses del sexenio morenista. Y ello no debe sorprender a nadie. A tres meses de iniciado el mandato de López Obrador es imposible que la estrategia implementada por la nueva administración, sea cual fuere, hubiese hecho cambios apreciables en la incidencia del delito.

A decir de las reacciones en memes y portales de noticias, lo que más molestó a los defensores de AMLO fue la actitud desenfadada de Ramos, quien a su decir fue irrespetuoso con el presidente de México. Esto carece de sentido: escuchamos la forma en que refirieron unos a otros los candidatos a la presidencia y cómo las redes sociales zangolotearon a EPN. Preguntar no es irrespetuoso. Informar mal al presidente, sí.