Lejos de posturas feministas, una buena preparación logra metas
Carmen González Altamirano
agendatlaxcala
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La Sargento Segundo Auxiliar Oficinista Angélica Bello Rosete, no dudó en dejar la carrera de contadora pública para enlistarse a la milicia y servir a su país, lo cual es su mayor orgullo, al igual que el de su familia.
Oriunda de Tlalcuapan, municipio de Chiautempan, con 26 años de edad y casi cuatro en el ejército Mexicano, ingresó a las fuerzas armadas como soldado y, gracias a su esfuerzo, tenacidad y estudio ha empezado a escalar en la jerarquía militar, en la que a los tres años de haber ingresado ya ocupa el cargo de Sargento Segundo Auxiliar Oficinista, quien actualmente labora en la XXIII Zona Militar, ubicada en Panotla, Tlaxcala.
Ella concedió una entrevista a agendatlaxcala.com, en la que, disciplinada como debe ser un militar, con seriedad, pero con entusiasmo, narra un poco lo que para ella significa ser miembro de las fuerzas castrenses al servicio de su nación.
Sus compañeros destacan que en poco tiempo ha logrado empezar a ascender dentro de la jerarquía. Ella señala que haber estudiado y logrado el grado de licenciada en contaduría pública le sirvió para escalar peldaños.
Reconoce las dificultades del trabajo en la milicia y, lejos de actitudes y discursos feministas, afirma que, con una buena preparación está alcanzando sus metas, prueba de ello es que es sargento segundo.
Menciona que el ser mujer no implica que tenga privilegios o concesiones para avanzar jerárquicamente, pues tiene las mismas oportunidades que un hombre, por cuestiones fisiológicas, no son al cien por ciento las mismas exigencias, sin embargo, realizan las mismas actividades como adiestramiento, educación física, cursos capacitación, etcétera.
Para ascender de grado, la Sargento Angélica se sometió a diferentes exámenes, que son aplicados en dos fases, una regional, donde sólo es un examen de conocimientos y después un examen nacional que dura una semana.
Las pruebas incluyen conocimientos de carácter cultural, derechos humanos y legislación militar que comprende varios rubros, así como un examen psicológico, uno médico y uno físico.
Para que ella obtuviera el grado de Sargento compitió en la fase regional con unas 800 personas y en la nacional con aproximadamente tres mil personas de diferentes partes del país, de los cuales aprueban unos 300 concursantes, en un examen al que se convoca sólo dos veces al año.
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