El miedo la emergencia sanitaria por Luis Pérez Cruz
Luis Pérez Cruz
agendatlaxcala
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El ser humano ha enfrentado de múltiples maneras los obstáculos a los que se le han presentado a lo largo de la historia, siempre buscando formas de organización social que le permitan establecer relaciones, con otros individuos, duraderas y estables. El miedo ha sido un factor que mueve a los seres humanos a pensar en su fragilidad y limitaciones, lo hemos manifestado en muchas ocasiones; por ejemplo, tenemos estas ideas: “quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido, es mantenerse con vida pero no vivir”, “el hombre valiente no es el que no siente miedo, sino el que lo conquista”, “la violencia es miedo de los ideas y poca fe en las propias”, “el miedo corrompe la inteligencia y es una de las causas de la egolatría”, El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo", “el miedo es la principal fuente de superstición, y una de las principales de la crueldad. La sabiduría inicia con la conquista del miedo”. Podríamos continuar citando ideas sobre el miedo en el ser humano, pero creo que es necesario reflexionarlas para podernos explicar lo que vivimos, ya que las explicaciones sobre el covid-19 y sus efectos en la sociedad es expuesto a través del miedo a lo desconocido, no sabemos a ciencia cierta el origen y su diseminación, así como tampoco estamos en posibilidades de determinar los alcances en el futuro inmediato.
Desde la sociología es posible realizar una revisión de las transformaciones y variaciones del miedo como experiencia social, a partir de una perspectiva que va más allá de las coyunturas y se traslada a la significación del miedo en la llamada modernidad inicial, para establecer un criterio comparativo con nuestro tiempo. En este sentido, consideramos se establece cómo el proceso de individualización marca el predominio de ciertos temores, dirigidos éstos al propio yo y a la precariedad del cuerpo, como el miedo al envejecimiento, el dolor, la enfermedad y la muerte.
Más allá de esta visión general del miedo, podemos conceptualizar no sobre el miedo, sino los miedos, ya que es necesario, verlo, en primer lugar, desde lo individual, pero también, como segundo aspecto, desde la sociedad y el tipo de sociedad; de acuerdo a este segundo aspecto cabría señalar que el historiador decimonónico Fustel de Coulanges, plantea en La ciudad antigua (1864), las primeras formas de organización social se sustentan en la religión y el culto, cada familia contaba con sus creencias, sus dioses y sus cultos, de allí se desprendían sus formas de organizarse más complejas, dadas las necesidades se relacionaron con números más amplios de seres humanos y esas manifestaciones religiosas son fundamentales para fortalecerlas; muchas de esas necesidades se construyen en función de los grandes miedos a lo desconocido a lo que no se podía explicar y la forma de enfrentarlo es a través de la unidad y la identidad de grupo.
Por lo anteriormente dicho, se considera que las sociedades precisan superar los miedos, ya que ello no nos permite tomar las mejores decisiones, bloquea el pensamiento racional, por ello se hace indispensable, en la historia moderna, crear las condiciones adecuadas para enfrentar situaciones complejas y que finalmente nos lleve a remontarlas.
Ahora bien, plantear el miedo como experiencia social e individual no es posible hacerlo a través de generalizaciones, Las diversas experiencias y condiciones sociales e individuales en las que se encuentra el miedo nos obliga a tomar en consideración que no siempre se presenta de la misma forma, al mismo tiempo que indica una necesidad de investigación de esos contextos. Aun bajo esta consideración, quizás podemos identificar dos segmentos o formas de explicarlo. Primero, a través de los miedos vinculados con el entorno social, nos referimos a cuestiones como la problemática del lugar, la inseguridad en general, la falta de empleo, entre muchas otras relacionadas; por otra parte, tenemos a los “miedos psicológicos” y que son recurrentes en las sociedades modernas. Se entiende que esta tipificación segmenta y singulariza lo que en la realidad es una mescla compleja.
El reto que tenemos en este momento es cómo vamos a explicar esta realidad que nos tocó vivir; por ejemplo, hay visiones encontradas como el uso o no del tapabocas, el aislamiento realmente ayuda o no, el número de pruebas responde a no a las necesidades de los contagios, entre muchas otras. Esto que exponemos solamente es un primer acercamiento para explicar la forma en que enfrentamos la emergencia sanitaria. Mucho tendrán que aportar la sociología, la psicología y la antropología, entre otras disciplinas, para estar en condiciones de comprender este tiempo.
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