La libertad y el confinamiento por Luis Pérez Cruz

En el tiempo que nos toca vivir es necesario repensar muchas de las ideas que consideramos establecidas, incluso nos atrevimos a no pensarlas, no problematizar, muchas veces las asumíamos y ni por un momento nos deteníamos a construir una noción y adecuación a nuestro contexto. Incluso tampoco hemos cuestionado los principios en que se sustenta nuestra forma de acercarnos a la realidad. La idea de presentar esta reflexión es abrir el espacio para preguntas sobre una de las bases de las sociedades actuales.

          En esta ocasión reflexionaremos sobre la libertad, en principio es uno de los pilares que sustentan a las sociedades contemporáneas, pero ante el confinamiento y aislamiento en que nos encontramos muchas han sido las reacciones, resulta común escuchar las teorías de la conspiración, así como una manifiesta incredulidad e indolencia, representada a través de eventos como la fiesta temática de coronavirus en Huamantla el pasado 23 de abril, la festividad  patronal en Contla, la fiesta organizada por un jugador del club de futbol Santos a inicios de mayo, dando como resultado 8 casos positivos, además de las fiestas llamadas covid, la idea es contagiarse para lograr la inmunidad; en las fiestas covid se invita a las personas para contagiarse y lograr no enfermarse más, extendiendo la promoción sobre todo a niños y jóvenes.

          Ahora bien, ya señalamos que la libertad ha sido un concepto fundamental para delinear las sociedades actuales y comprender la forma en que nos organizamos, para ello me gustaría retomar a Immanuel Kant (1724-1804), entendiendo dos cosas, en primer lugar es un filósofo del siglo XVIII  y, en segundo su pensamiento es complejo y haremos una reflexión que trate de esclarecernos específicamente su idea de la libertad. Para ello, no pretendemos profundizar sobre su propuesta filosófica, muy ligada a su pensamiento sobre la libertad, pero que no es tema para el fin de esta columna.

          Kant es un activo promotor de la ilustración y cree profundamente en el racionalismo, pues es testigo de los grandes logros de la Revolución Industrial (fenómeno propio de los siglos XVIII y XIX), consideramos que tiene una confianza plena en la razón, acostumbrado a las visiones críticas, a cuestionar el orden establecido y a darle su lugar al racionalismo y el empirismo como dos formas de explicar su mundo. No obstante, Kant es, de acuerdo con el filósofo alemán Kuno Fischer, quien realiza un estudio biográfico hacia 1875: “de naturaleza débil y hasta enfermiza, alcanzó sin embargo una avanzadísima edad, en el pleno uso de todas sus facultades espirituales, y pudiendo también decir que ni un solo día se había sentido enfermo ni necesitado de los auxilio de un médico.” Kant es un filósofo de la modernidad, donde el ser humano cambia su fe plena en Dios y construye una nueva fe, ahora en la ciencia y la razón.

          Para entrar de lleno al tema, para Kant todo el tiempo los seres humanos tomamos decisiones, interactuamos con otros, actuamos en sociedad y de una u otra manera ello tiene sus consecuencias, por lo que precisamos reflexionar sobre los alcances de la libertad, ya que nuestro criterio (uso de la razón) debe ponderar mi libertad en correspondencia con mi obligación moral (ley moral).

          A la hora de elegir, a la hora de decidir, ¿Hacemos lo que me plazca (inclinaciones e indeterminación)?, ¿No estoy sujeto a nada?, cuando no tengo normas que seguir soy esclavo de mis instintos e inclinaciones, no soy libre y hago evidente mi animalidad; la libertad requiere de las normas, soy libre cuando tengo rumbo, cuando mi voluntad se somete a una norma (razón), no a la voluntad de otros humanos.

¿Cuándo soy libre?, para Kant ser libre es resistirme a lo que me apetece hacer, las normas surgen de mi racionalidad, no me son impuesta por otros, ya que al tomar decisiones debo pensar en las consecuencias hacia otro u otros. Entonces, el uso correcto de la libertad, es a través de lo universalizable de la norma. Ahora bien, si me propongo robar cada vez que tenga ocasión, entonces estamos afectando a la libertad de otros, no siendo universalizable dicha conducta.

Tendríamos que reflexionar y responder a la pregunta sobre el tipo de sociedad en que vivimos, no es exclusivamente la pandemia y nuestra conducta, sino también la creciente violencia que vivimos, el alza en los actos de corrupción, los feminicidios, entre muchos otros problemas que experimentamos. Dejo la pregunta ¿En quién recae la responsabilidad del tipo de sociedad que tenemos?