La Universidad por Luis Pérez Cruz

La Universidad pública en nuestro país atraviesa por una situación cada vez más grave en términos financieros, de infraestructura y ante una crisis estructural de la educación en general. Además de amagar con crear un nuevo sistema de educación superior que haga contrapeso al que prevalece.

Los retos son mayúsculos, ya que el presupuesto del gobierno federal disminuye paulatinamente, aun con la llegada del nuevo gobierno, lo que obliga a las universidades ha implementar proyectos que permitan incrementar su presupuesto y enfrentar, en muchas ocasiones, problemas inmediatos y urgentes, dejando del lado programas sustanciales.

Por todo ello, resulta necesario repensar a la universidad, ello implica hacer un balance de los logros y limitaciones, de su papel en la transformación de la sociedad mexicana de siglo XX, así como de las posibilidades de seguir cumpliendo sus objetivos. Tampoco debemos dejar de considerar que son botín político de grupos.

También creemos importante no renunciar al espíritu que le dio razón de ser, sustentado en una serie de principios como la autonomía, la libertad de cátedra, creadora y difusora de la cultura, impulsora sustancial de la ciencia y tecnología, entre muchas otras tareas.

Finalmente, no podemos soslayar que la labor fundamental fue el proporcionar educación superior, provocando efectos como la incorporación de los jóvenes a un mercado de trabajo que requería mano de obra calificada, así como la posibilidad de contar con mejores niveles de vida.

Recientemente, se afirma que la universidad publica en México no cuenta con un proyecto definido y que la calidad de sus egresados en cada vez menor, por lo que implica cambios profundos, pero estamos seguros éstos no deben menospreciar su pasado y menos eliminar su identidad.

No cabe duda que es necesario reorientar la educación superior en general y, en particular, el de las universidades públicas; las condiciones del país son cada vez más complejas, donde resulta más atractivo para muchos jóvenes integrarse a la delincuencia organizada que realizar una carrera universitaria o encontrar empleo, además de muchos otros problemas que impiden que el ingreso y la permanencia en la universidad sea en condiciones adecuadas.

Ahora bien, consideramos que el planteamiento de la autorrealización en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, como el cuarto eje que sustente a la universidad, es correcto, incluso, si consideramos las condiciones de las universidades mexicanas en la actualidad, también podemos afirmar que es pertinente.

La autorrealización constituye un elemento sustancial, ya que no exclusivamente abarca el ámbito del estudiante, sino que involucra al conjunto de la institución; por ello, el primer elemento a considerar para que este proyecto pueda tener éxito es que la comunidad universitaria este convencida de su importancia y de los beneficios que genere a corto y largo plazo.

En este sentido, el trabajo realizado a lo largo de la década pasada fue fundamental, ya que convertir la autorrealización como eje vertebral de la UAT, requirió de un proceso de asimilación y, después, de convencimiento en la comunidad universitaria. La autorrealización es la satisfacción de lograr y aspiraciones, pero también es una forma de vida donde las aspiraciones se conviertan en realidades a lo largo de la vida.

Estamos ciertos que la autorrealización nos permitirá enfrentar, en mejores condiciones, los retos de nuestra universidad, este proyecto precisa estar presente en cada una de las actividades, constituye el soporte cualitativo que permitirá a la institución contar con una presencia importante en la sociedad tlaxcalteca.

          Las universidades públicas precisan regresar a los orígenes que planteó Justo Sierra cuando funda la universidad nacional en 1910, nos debemos a la sociedad. Por ello afirmó lo siguiente cuando caracteriza al universitario: “Un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena aptitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y conciencia de su misión, y que, recurriendo a toda fuente de cultura, brote de donde brotare, con tal que la linfa sea pura  y diáfana, se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber.”