Pandemia/Feminicios en México por Adriana Serratos R.

ADRIANA SERRATOS R.

“Teníamos dos opciones,

estar calladas y morir o hablar y morir,

 y decidimos hablar”

Malala Yousafzai

En medio de la pandemia, las mujeres estamos enfrentando múltiples formas de violencia dentro y fuera de los hogares. Iniciando el confinamiento, el “quédate en casa” fue la continuación del sufrimiento de muchas, miles. Los gobiernos no atinaron a de cir “Quédate en Casa, pero no te encierres”.

No obstante que los quehaceres del hogar se volvieron más y más pesados, se confinaron con sus agresores, al tiempo que muchas otras están haciendo trabajo vía redes sociales y diversas plataformas, esto implica, mayor presión y estrés para cientos de miles de mujeres. Los privilegios de los hombres se reafirman y con ello la violencia tuvo carta libre sobre sus compañeras e hijas hijos.

En la plataforma de Twitter un “rapero” convocó a ejercer la violencia hacia las mujeres. En las redes sociales, también lo están haciendo bajo la consigna de: no hay autoridad quien los detenga, aprovechen para golpear a las mujeres. La situación económica, hace que en los hogares no haya certeza de un futuro, situación que los agresores subliman en violencia hacia sus compañeras al grado de llegar, en algunos casos, al femicidio.

Los feminicidios no han cesado, pero esto no quiere decir que hayan disminuido o que no ocurran durante el periodo de confinamiento. Por ejemplo, el INEGI, reporta 375 feminicidios, al primer semestre, además de 1,233 homicidios dolosos contra mujeres. El medio de comunicación Animal Político, afirma que el Estado de México sigue siendo la entidad con más feminicidios en lo que va de enero a mayo con 47, seguido de Veracruz con 35, Nuevo León con 30, la Ciudad de México con 29, Puebla con 28 y Jalisco con 22. Debido a que hoy existen pocos reportes de asesinatos producto de violencia intrafamiliar, no contamos con datos duros a nivel nacional, esto se explica porque no se cuenta con el registro de las mujeres que fallecen como consecuencia de esa violencia. Por ejemplo, las mujeres víctimas de lesiones graves, que se complican en su estadía hospitalaria y que fallecen a consecuencia de la agresión, no se contabilizan. También, sabemos que el número de llamadas al 911, a la red de refugios y las llamadas de asesoría jurídica y psicológica, se han triplicado en comparación a circunstancias no pandémicas.

Sostenemos que la violencia viene con pandemia o sin pandemia y la responsabilidad es de las autoridades. Muchos de los testimonios de familiares de las víctimas señalan que, desde que denunciaron agresiones fueron ignorados, así mismo, las denuncias por desapariciones no se levantan a tiempo. Un ejemplo de ello es el caso de la niña Fátima, en el cual los padres denunciaron su desaparición y las autoridades tuvieron una movilización considerable hasta que la encontraron muerta.

La pandemia ha abierto las puertas para ver la realidad que viven muchas familias, una de ella es el aumento de personas en condición de calle, arrojadas a esta situación, en varios casos, por las agresiones dentro del hogar. Algunas mujeres han optado por huir de sus agresores, pero no tienen a donde acudir con sus hijas e hijos, la indefensión las obliga a vivir en las calles junto con sus menores, arriesgando también así, sus vidas; éstas tampoco están contabilizadas como víctimas de violencia.

Pese a que el mismo INEGI reporta estas cifras alarmantes; en pasados días se declara el retiro del presupuesto al Conavim, en varios Estados: Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Jalisco y Puebla, 5 de los 7 estados con recortes para su Alerta de Violencia de Género (AVG), están entre las 10 entidades con más presuntos delitos de feminicidio reportados a mayo de 2020 por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mismos que ya no contarán con recursos para realizar los proyectos que se habían aprobado en marzo pasado para atender sus respectivas AVG.

De acuerdo con el Reglamento de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es responsabilidad de la Federación, asignar presupuestos públicos con Perspectiva de Género. La Conavim debe prestar el apoyo técnico para ésta y otras responsabilidades de la Administración Pública Federal; asimismo, toca a esta dependencia, coordinar y dar seguimiento a los trabajos de promoción y defensa de los Derechos Humanos de las mujeres, que lleven a cabo las dependencias y entidades. Sin embargo, la Conavim sólo fue notificada mediante un informe respecto a la reducción de partidas en los capítulos 2000, 3000 y 4000. La nota afirmaba: se revisó el Sistema de Administración Presupuestaria, observando reducción en la partida 43801 “Subsidios a entidades federativas y municipios”, por un monto total de $37 millones 583 mil 192 pesos. La reducción para los proyectos AVGM asciende a $35, 573,093 y las entidades federativas que se vieron afectadas para las AVGM son: Jalisco, Estado de México, Nayarit, Nuevo León, Veracruz, Zacatecas y Puebla. También se le redujo, aunque no en su totalidad, a Quintana Roo y a Tlaxcala, aunque este último no tenía para AVG y el recorte fue dirigido al Centro de Justicia para las Mujeres (Cejum).

Los espacios ganados por la lucha feminista para erradicar la violencia hacia las mujeres se cierran sin alternativas o propuestas de otros espacios o partidas presupuestales que la Federación está obligada a proporcionar. Las instancias legales no aplican las leyes que protegen a las mujeres, a pesar de contar con números alarmantes, pandémicos. El Estado no se pronuncia en apoyo a las víctimas, no declara duelo nacional, ni estado de emergencia.

La idealización y romantización del “quédate en casa” no considera la exigencia, de la realidad brutal que vivimos las mujeres. No se han definido políticas específicas de apoyo para protección de las mujeres, niñas y niños que en este contexto de “cuarentena” han quedado a su suerte, suerte que en la mayoría de los casos terminan en feminicidios. Las noticias diarias de feminicidios se quedan en nota roja, en noticia sin relevancia, en noticia archivada.

Por medio de las redes sociales los grupos feministas, han estado activas visibilizando y nombrando los diferentes casos de feminicidios, desapariciones, violaciones, agresiones cibernéticas, acosos, etc., agresiones cometidas por hombres que pertenecen a diferentes círculos sociales, entre ellos personajes de diferentes ámbitos públicos. No estamos descubriendo el hilo negro, estamos convencidas que la impunidad es el foco inmediato a atender para frenar los crímenes de género. El Estado de Sonora ha trabajado en establecer juicios cortos con sentencias en menos de 10 días, lo que muestra que la voluntad para atender estos delitos es a través de un sistema efectivo porque, por ejemplo; en la Ciudad de México enfrentamos casos como el de una señora de 70 años a la que asesinaron con saña por robarle una cadena y el ministerio público dejó ir al agresor porque no tuvo reactivos para tomar muestras de ADN, por lo que es urgente mejorar el sistema de atención a las denuncias.

Son muchos más los casos, donde los responsables no solo son los agresores directos, sino también la autoridad; el caso de una mujer que se suicida junto con uno de sus tres hijos en el metro, por no poder recuperar a su hija de 9 años detenida en el DIF, es uno de ellos. es decir; la omisión de las autoridades los hace cómplices del destino de las mujeres agredidas, son los que permiten sin ningún límite, que los violentadores reproduzcan sus acciones a sabiendas de que no se van aplicar las leyes existentes. En el caso específico del suicidio de la mujer antes mencionada, no fue su pareja, su novio, su padre, etc., quien la llevó a tomar esa decisión, en este caso el agresor fue el sistema de justicia quién la asesinó. ¿Cuántas mujeres ha matado el sistema de justicia? A todas aquellas que confiaron en las instancias de procuración de justicia, y éstas las dejaron sin ley ni justicia.