Columna por la Psic. Cristina Figueroa
Comencemos por definir “Actitud”, el Psicólogo Gordon Allport (1967) la define como un “estado de disposición mental organizado que ejerce una influencia directa en el comportamiento de una persona en su día a día”. Es decir lo que pienso, influye en lo que hago.
De igual manera, las actitudes poseen un continuo, en donde, en un extremo existe una valoración negativa y en otro extremo otra valoración positiva. Y por supuesto entre ambos hay rangos intermedios.
Siguiendo este criterio y aplicándolo a la situación actual, (me refiero al tema del Coronavirus) las personas se están ubicando en los polos actitudinales.
En un extremo tenemos los exageradamente optimistas; son aquellas personas que piensan lo siguiente “no pasa nada” “esto es inventado”, etc.
Y en el otro extremo los exageradamente pesimistas; quienes mantienen pensamientos muy catastróficos del tipo “Todos vamos a morir”, etc. y se viven como en la serie “The Walking Dead”.
Por supuesto, ninguno de los extremos, es por sí m ismo, saludable, en términos físicos y mentales.
Los extremadamente optimistas pueden fomentar prácticas no saludables entre la población, descalificar y carecer de empatía hacia los demás. Y por otra parte, los extremadamente pesimistas, tienen muchas probabilidades de sufrir altos niveles de estrés o incluso presentar trastornos de ansiedad.
¿Qué es lo mejor?
Ubicarnos de manera objetiva en un punto intermedio. Esto se consigue leyendo solamente información real, que tampoco promueva alguno de los extremos actitudinales ya descritos.
Entonces
“Cuidemos lo que leemos, para cuidar lo que pensamos y proteger lo que sentimos”.
Y si percibe que su miedo se está saliendo de control, busque ayuda Psicológica.
Psic. Cristina Figueroa.
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