Curiosamente y aunque el presidente del TSJE,  Mario Antonio de Jesús Jiménez Martínez, buscó consentir a los magistrados con bonos de  casi 100 mil pesos y autos nuevos, no parece haberle funcionado la jugada y por el contrario resultó contraproducente y las tiene todas consigo.

Y es que los mismos magistrados que se amotinaron para respaldarlo y llevar a la salida de su antecesor, Héctor Maldonado, para ungirlo como presidente del poder Judicial, no ven ahora con buenos ojos su ratificación y en el ánimo no está darle nuevamente su apoyo.

Aunque son cómplices en los excesos, los magistrados no quieren seguir siendo golpeados y arrastrados por la imagen corrupta, ineficiente y dilapidatoria que el actual presidente del TSJE ha forjado en tiempo récord y que muestra su mal desempeño en la administración del poder Judicial de Tlaxcala.

El estigma de la decisión de repartirse en bonos y autos nuevos los 10 millones de pesos que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) les reintegró, producto de los impuestos de todos los trabajadores de ese poder, no ha sido bien recibida por la opinión pública y al interior del mismo TSJE.

Los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia del Estado, que con sus impuestos cooperaron para la bolsa de 10 millones de pesos, los abogados litigantes y la sociedad han emitido severas criticas al actuar de los magistrados.

En medio de este escándalo es que de acuerdo con fuentes oficiales del área de prensa, el próximo 1 de febrero estará sesionando el pleno de los magistrado para llevar a cabo la elección del nuevo magistrado presidente del TSJE.