Fe de ratas columna por José Javier Reyes
Pese a la necesidad de saber de dónde pudo surgir el nuevo coronavirus, la determinación del origen de la enfermedad es imprecisa. El internet ha popularizado dos versiones que sitúan la fuente del virus en el mercado de mariscos de Wuhan. El 66 por ciento de los casos iniciales de la enfermedad tuvieron exposición directa en este centro donde se comerciaban especies salvajes. Tras el incidente, el mercado fue cerrado definitivamente.
La transmisión del virus de animales a humanos tiene dos posibles vectores: un murciélago o un pangolín. Se trata, en el primer caso, del pequeño murciélago de herradura, rhinolophus affinis, habitante de China y del sudeste asiático, quien es el anfitrión de un coronavirus semejante en más del 90 por ciento al causante de la epidemia. Pero cómo pudo pasar del murciélago a los humanos, sigue siendo un misterio.
Por lo que hace al pangolín, es un insectívoro que pese a su armadura de placas no es pariente de los armadillos. Sus hábitos nocturnos, su larga cola acorazada y su trompa con una lengua pegajosa, justifican su nombre científico: manis, que quiere decir “espectro” en latín. Se les encuentra en el sur de África y de Asia y, a diferencia de los murciélagos, sí se les incluye en algunas dietas exóticas. No hay pruebas de que este fósil viviente sea el causante de la pandemia, aunque se ha descubierto que hospeda a dos tipos de coronavirus parecidos al del Covid-19.
Una tercera teoría implica una conspiración gubernamental. Un video que circuló por redes sociales muestra un noticiero de la cadena ABC (en inglés, sin subtítulos en español) con un texto añadido que dice: “Estados Unidos acaba de anunciar la detención del hombre que fabricó y vendió el virus Corona (sic) a China. Dr. Charles Lieber, jefe del departamento de química y biología de la Universidad de Havard (otro sic), EE. UU. Fue arrestado hoy según fuentes del departamento estadunidense (re-sic)”. Es una rueda de prensa y un subtítulo señala: “Harvard Dept. Chair, Bu. Researched charged whith concealing ties to China”. Es decir: “jefe de departamento de Harvard investigado por acusación de ocultar vínculos con China”. Y ni una palabra del coronavirus.
Lieber fue, en efecto, director del departamento de química y biología química de Harvard, especializado en nanociencia. Es acusado de recibir del gobierno chino un salario de 50 mil dólares mensuales y hasta 158 mil dólares al año en gastos a cambio de información. También se le acusa de haber recibido más de 1.5 millones de dólares para instalar un laboratorio en la Universidad de Tecnología de Wuhan. La mención a la ciudad donde se detectó por primera vez el Covid-19, justificaría en parte la invención.
No obstante, es posible que sí haya habido un complot o por mejor decir, un encubrimiento por parte del gobierno chino: a decir de la agencia china Caixin, especializada en el periodismo de investigación, el número de muertos debe ser mayor al que oficialmente reconoce el gobierno chino: hasta 40 mil podría ser el número de víctimas fatales. Estas informaciones han sido confirmadas por los servicios de inteligencia estadounidense, según dio a conocer la agencia norteamericana Bloomberg.
La respuesta sobre el origen del virus es más sencilla: no lo sabemos. O como decimos en México: “lo más seguro es que quién sabe”.