El presidente ahonda en su primer año la polarización con un discurso hostil y amenazas a sus adversarios
La llegada al poder en Brasil de Jair Bolsonaro –el primer presidente ultraderechista desde la restauración de la democracia en 1985— estuvo acompañada de grandes temores por parte de sus adversarios y las minorías. El primer año de mandato ha incluido pulsos a los otros poderes del Estado, ataques a la prensa, la ciencia, la historia… decisiones controvertidas e infinitas polémicas. El militar retirado, que mantiene vivo el discurso de ellos contra nosotros de la campaña y es abiertamente hostil hacia la izquierda, ha puesto a prueba las instituciones de Brasil.
El apoyo a la democracia ha caído siete puntos, al 62%, desde su toma de posesión, los indiferentes a la forma de gobierno aumentan mientras se mantiene el 12% que cree que en ciertas circunstancias es mejor la dictadura, según la encuesta de Datafolha difundida en Año Nuevo.
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