Morenistas están molestos y decepcionados de la forma en cómo está operando el Partido, ante la falta de organización y liderazgo, por lo cual aseguran que esto repercutirá en las urnas en el momento de votar.

Para agravar la situación, los militantes se quejan de fraude en Morena, pues acusan cobro por candidaturas y engaños, ya que el proceso aún no existe  y ahora piden devolución de dinero.

En Morena dejaron crecer a los enanos y lo pueden pagar caro, ya que parecen tener al enemigo en casa y ellos mismos son los que se pueden hacer más daño y no necesitarían de otros partidos para alentar su derrota.

No lo diga en voz alta, pero los morenistas mismos dicen que los grupos del partido han exhibido su peor cara y esto los podría llevar a la derrota en 2021, pues varios se quitarán la camiseta, al ver que no hay garantías de que puedan hacer política que los diferencíe.

Y es que desde el agandalle con supuestas encuestas para definir candidaturas, hasta la confirmación  de comités patito, fueron no sólo exhibidas, sino reprobadas por un órgano interno que al fin dio la cara y salió a poner orden, aunque tarde y el daño ya está hecho.

De un plumazo se borró todo lo que se consideraba como el proceso que se había construido en torno a la designación  del candidato de Morena a la gubernatura, se aclaró que no hay encuestas formales y quienes se sentían ya ungidos cayeron del cielo al suelo.

Por ello, como una bomba cayó en Morena el comunicado emitido este fin  de semana que desmiente la aplicación de encuestas y exhibe tanto el descontrol que existe al interior del partido, como los vicios que permanecen dentro de un instituto político cuyo mensaje se ha concentrado hasta ahora en decir que es diferente.

Ahora los esfuerzos se concentran en sanar estas heridas y tratar de recomponer un escenario que se complica para los morenistas que se sentían ya con el triunfo a la gubernatura en el bolsillo y con una buena cantidad de diputaciones y presidencias municipales.

¡Al tiempo!