Educación a distancia limita a docentes a detectar violencia que sufren estudiantes en sus casas, es latente la amenaza de trata de personas en Teolocholco
La profesora Guadalupe Cervantes Cervantes, que imparte la materia de Cívica y Ética en la Secundaria General “Juan Cuamatzi” del municipio de Teolocholco, señaló que en ese municipio son latentes amenazas graves como la trata de personas, la violencia contra la mujer, la drogadicción, vandalismo y la presencia de organizaciones delictivas.
La docente aplicó entrevistas a 30 docentes que integran la plantilla laboral de la institución para detectar casos de violencia contra las estudiantes, porque los docentes deben estar conscientes de la problemática para detectar los riesgos y prevenirlos, pero con las clases en línea, es complicado detectar la problemática porque no hay mayor comunicación entre profesores y alumnas.
Indicó que en Teolocholco hay alumnos quieren dedicarse a la trata de personas porque lo ven como un negocio, y es donde los docentes deben ser agentes de cambio y motivar a los alumnos a respetar los derechos de los demás y a que no vean a la mujer como objeto sexual, sino más bien como una compañera o alguien igual a ellos, de ahí que el apoyo del docente sea importante en el desarrollo y formación de las y los alumnos.
Consideró que, en ocasiones, "dejamos de lado esa responsabilidad social, en el sentido de que nos enfocamos nada más en el trabajo en el aula, y pensamos que lo que pasa fuera no tiene tanta repercusión, cuando no es así, pues debemos tener en claro que el docente es un agente socializador y de cambio, es decir, nosotros los maestros educamos con el ejemplo”.
Guadalupe Cervantes expuso lo anterior en la conferencia “La ética y la prevención de la violencia y la trata de mujeres y niñas” que dictó en el foro virtual Prevención de la violencia y la trata de mujeres y niñas desde las escuelas en el contexto de la actual pandemia”, que organizó el Centro Fray Julián Garcés, como parte de la campaña “16 días de activismo contra la violencia de género”.
Añadió que las clases a distancia impide a docentes darse cuenta posibles casos de violencia que estén sufriendo las alumnas en sus hogares, pues la comunicación se limita a los temas educativos y en los horarios establecidos, de ahí que no se les pueda proporcionar el apoyo y asesoría para enfrentar esa situación.
Abundó que la entrevista que aplicó fue para conocer si dentro de ese plantel educativo se presentan casos de violencia contra alumnas y en el caso de las clases presenciales, el 31 por ciento de los profesores respondió que sí tuvo conocimiento de casos de agresiones como su exclusión de actividades deportivas o peleas y ofensas ente ellas o han sido tiradas por sus compañeros.
Agregó que, la mayoría de sus compañeros que supo o fue testigo de una agresión contra alumnas, respondió que canalizó esas situaciones a las áreas de trabajo social, prefectura o la dirección si es que la situación era más compleja para su atención.
Los docentes que fueron entrevistados, todos respondieron que es complejo detectar casos de violencia en las clases a distancia, porque esta modalidad limita la confianza que puedan tener las alumnas hacia sus profesores, en virtud de que obstaculiza la comunicación, pues solo se remite a la clase.