Pese a que en la actual legislatura están acostumbrados a los escándalos y parece que todo se les resbala, el diputado José Luis Garrido les ha enseñado a sus compañeros un nuevo nivel que ni ellos están dispuestos a soportar.

Trascendió que la volcadura del vehículo de lujo de más de 411 mil pesos asignado al diputado y sobre todo las contradicciones en su declaración para tratar de justificar este hecho, han provocado la molestia de sus compañeros que ya han empezado a mover las piezas para removerlo de la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCCP), una de las representaciones más importantes del Congreso.

No lo diga en voz alta, pero los legisladores están hartos del comportamiento del legislador, que ha rebasado su paciencia y demerita, aún más, la imagen del poder Legislativo.

Pero como dice el dicho: "No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre".

Y es que los diputados ya conocían los antecedentes del diputado que tiene como mote "La Garra".

Y es que además del escándalo en el que actualmente está involucrado el actual presidente de la JCCP, se ha caractetizado por sus exesos, ya que desde el momento en que tomó el cargo exigió un trato especial y dispuso que le fueran contratadas alrededor de 15 asistentes, a fin de poder llevar a cabo su trabajo. 

Más aún, exigió que su personal y él tuvieran acceso al comedor y que hubiera suficientes aguas y cocas en su oficina, se dice que para no parar las fiestas con alcohol.

Para añadir otra raya al tigre, también se ha ventilado que desde el comedor del Congreso, el diputado dispuso que desde el comedor del Congreso se hicieran 50 comidas diarias para los miembros de una iglesia y con personal ajeno al poder Legislativo.

Los rumores de que el accidente del vehículo se dio en medio de una parranda del diputado, cuyo primer escándalo estuvo vinculado a su gusto por los bares y la vida galante y que mentiría para tratar de justificarlo, han hecho que el legislador tenga un pie fuera de la presidencia de la JCCP.