En el ámbito empresarial, se utilizan técnicas muy específicas para evaluar la conducta o habilidades laborales de los colaboradores. Entre éstas técnicas podemos mencionar, la detección de necesidades de capacitación, la evaluación 360 grados, etc. Para el éxito de las mismas es muy importante la actitud del trabajador, es decir, su disponibilidad para aceptar y recibir retroalimentación de manera positiva, así como escuchar con atención y aceptación, en qué áreas su conducta necesita modificarse y de qué manera hacerlo. A éste proceso se le llama “mejora continua”. Es decir, buscar, cada día, ser mejores. Entendiéndolo como un proceso, cuya meta, es el camino a seguir.

Si usted no está en una empresa y no tiene acceso a éstas herramientas, o en su empresa no se las proporcionan, entonces la opción es comenzar un proceso psicoterapeútico. El cual no es fácil, ya que se trata de dejar de responsabilizar a los demás de los resultados personales. De igual manera, en una terapia, se aprende, ante un conflicto, a observar la posibilidad de que algo hicimos para estar ahí.

Entonces, la mejora continua no puede existir sin la aceptación de que siempre tenemos algo que mejorar de nosotros mismos. Dejar de creernos un producto terminado y considerarnos más bien, personas en constante cambio, pero con la capacidad de controlar y dirigir ese cambio, bajo la premisa de que si de todas maneras vamos a cambiar, podemos transformarnos de manera positiva.

Y esto aplica a todas las áreas de nuestra vida, ya sea física, emocional, relaciones interpersonales, de pareja, prosperidad, etc. Claro, que se necesita mucha motivación. A veces la motivación aparece cuando la persona se enfrenta a una situación de vida no favorable. No esperemos a que eso suceda, podemos buscar ser mejores solo por el interés de serlo.

Así que, una terapia no es solo para quien tiene temas emocionales profundos, es para toda persona que desea entrar en un proceso de mejora continua.

Psic. Cristina Figueroa.

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