No sólo es importante la comercialización de estos maíces sino la dignificación del trabajo del campesino, quienes se están empoderando, señala antropólogo
Productores de maíz nativo de color, del municipio de Ixtenco, han encontrado un mercado para su producto, después de 20 años de iniciar con la defensa de este grano y de una cultura del maíz que, con trabajos, prevalece en esa zona del estado de Tlaxcala.
Cornelio Hernández Rojas, antropólogo de profesión y, de corazón y esfuerzo, defensor del maíz nativo y la cultura otomí, da a conocer los procesos que han llevado a cabo para poder comercializar, desde hace tres años sus granos originarios del santuario de los maíces de color en el mundo, explorando mercados a través de la empresa Tamoa.
Con la emoción y orgullo de lo que han logrado como herederos de la principal riqueza de los mexicanos que es el maíz, destaca que no sólo es importante la comercialización de estos maíces sino de la dignificación del trabajo del campesino, quienes se están empoderando.
Como originario de Ixtenco y estudioso de su cultura señala que una de sus metas fue buscar canales de comercialización para los maíces nativos, principalmente para los de color, “en 2017 llegaron dos jóvenes de la empresa Tamoa y pensé que eran otros más de los que se decían interesado, pero al poco tiempo me llamaron para pedirme varios kilos del grano”.
Detalló que el primer pedido fue de mil 300 kilogramos de maíz morado y mil kilos de maíz rosa, entre otros pedidos; para 2019 el pedido fue de 30 toneladas de maíz de diferentes colores, “pero no logramos cubrir ese pedido”.
Indicó que aún no es fácil lograr ese tamaño de producción, porque deben cumplir con una normatividad, el maíz debe ir libre de hongo, de plagas, debe ser maíz de primera “y resulta que nuestros maíces están muy dañados, contaminados con hongo y con plaga y no se ha trabajado en esa parte, generalmente los agrónomos vienen y nos dicen que apliquemos fertilizante, porque no había necesidad de mejorar la producción en el mercado nacional, a nosotros nos piden que el maíz vaya libre de impurezas y nos permiten sólo hasta el 3% de algún daño o impureza”.
Para 2020, Tamoa se llevó cuatro toneladas 250 kilogramos de maíz morado, rojo, azul, amarillo y cremoso, “ellos los están colocando, principalmente, en los restaurantes de Estados Unidos y ahí tenemos un mercado que no alcanzamos a cubrir, porque los productores están acostumbrados a otras formas de producción del maíz”.
Hernández Rojas señala que, otro de los requisitos que deben cubrir es estar en transición a tener cultivos agro-ecológicos, en los que se apliquen herbicidas y que los fertilizantes químicos no se apliquen en la misma cantidad que se aplican en los cultivos convencionales, “eso es lo que estamos trabajando y hay mucha resistencia por parte de los campesinos, porque ya se acostumbraron a que pueden aplicar herbicidas y fertilizantes químicos”.
Mencionó que están haciendo labor de convencimiento con los campesinos para que se incorporen a esta forma de trabajo, ya que están abriendo más mercados, lo cual se complementa con el hecho de que en 2010, la cocina mexicana fue declarada patrimonio cultural de la humanidad.
Para esta forma de cultivo de los maíces nativos, Cornelio Hernández indicó que se capacitaron 16 productores y son 7 los que adoptaron esa forma de protección, resguardo y comercialización de los maíces nativos de Ixtenco.
“Somos siete los productores, pero estamos generando empleo para otras personas, porque estamos contratando a quienes nos ayudan en las labores de producción como la siembra, cultivo y cosecha, así como para la limpieza del maíz, que es un trabajo que hacen principalmente las mujeres de Ixtenco”, mencionó.
Comentó que, además de Tamoa, algunos restaurantes de la Ciudad de México están comprando con otros productores, aunque la cantidad es menor, “también es importante, porque está alentando a las familias de los campesinos, ya que les genera un mejor ingreso, no tan alto, pero sí mejor”.
“Algo importante es que está empoderando a los campesinos, eso es lo importante, saben que hay un respeto para la actividad que realizan, hacia el campesino, pues no es el mismo trato que nos da la persona que compra de manera convencional el maíz, ellos saben que su actividad la están valorando y lo mismo pasa en la valoración hacia el grano, la revaloración del campo y la del propio campesino”, destacó.
Finalmente, mencionó que la empresa Tamoa comercializa maíz, tienen un catálogo de razas de maíces que se cultivan en México y trabajan en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Puebla y Tlaxcala, donde además comercializan también variedades de chile nativo.