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Miércoles 03:25 pm, 05 Ago 2020.

Partido del trabajo, de satélite a parásito de la 4T

Por esa razón, Muñoz Ledo inició con la presidencia siendo parte del grupo parlamentario mayoritario (MORENA)

Marco Antonio Ortiz Salas | agendatlaxcala | 936 lecturas | 0 comentarios

Partido del trabajo, de satélite a parásito de la 4T

Once largos e inimaginables meses han pasado desde aquel acontecimiento en el que Don Porfirio Muñoz Ledo, Diputado de MORENA, mostrara su indignación en la Cámara de Diputados lanzando desde tribuna una mexicanísima mentada de madre  acompañada de la frase ¡Qué manera de legislar! cuando se debatía por la presidencia de la mesa directiva en San Lázaro. Pues sí, once meses después estamos en las mismas: ¡Qué manera de legislar! Y es que fiel a su naturaleza y la de sus creadores, o sea el “salinismo” que tanto aborrece López Obrador, el Partido del Trabajo ha dado de qué hablar por su actuación en la Cámara de Diputados donde pretende echar mano de las prácticas retrógradas de los tiempos del priísmo para hacerse de la presidencia de la mesa directiva, el espacio más importante del poder legislativo que, en base a los acuerdos de las distintas fuerzas políticas, cada año debe ser rotativa y corresponde a las tres primeras fuerzas.

Por esa razón, Muñoz Ledo inició con la presidencia siendo parte del grupo parlamentario mayoritario (MORENA); su sucesora fue la actual presidenta Laura Angelica Rojas del PAN y, en esta ocasión, para el tercer año de la LXIV Legislatura, correspondería al PRI ocupar dicho encargo. Aquí comienza la vulgar operación y compra de conciencias del Partido del Trabajo que articuló toda una andanada para incrementar su grupo parlamentario, rebasar el número de legisladores del PRI y disputarle la mesa directiva. Toda esta operación es una muestra lamentable de la ambición de un partido por los recursos y canongías inherentes a la mesa y que suponen pueden incidir en temas trascendentales del legislativo como la aprobación del presupuesto o las reformas que han quedado pendientes y que son prioridad para el gobierno de la 4T. Pero más allá de la vulgaridad con la que el PT incrementó su grupo parlamentario, destaca el más contundente cinismo que han expresado los petistas a través de su vicecoordinador Gerardo Fernandez Noroña, quién aduce que el PRI no debe acceder a la mesa directiva porque se trata de un partido político prácticamente borrado en las urnas. Tiene razón el legislador, es claro el grado de representación que proporcionó el electorado al priismo en la cámara, pero es una verdad tanto como lo es el hecho de que el PT tampoco obtuvo una votación relevante. Se engaña el petismo y peor aún, trata de engañar a la opinión pública, pues no es un partido fuerte, nunca lo ha sido, su perfil lo vincula eternamente a otras fuerzas políticas para subsistir, además de que la votación que obtuvieron en las pasadas elecciones no fue para ellos, fue para la figura de Andrés. Por eso es de extrañarse que no lo sepa Noroña o cuando menos que no lo señale.

Actualmente el PT cuenta con 43 diputados según el propio legislador, pero, ¿cómo se fue haciendo de los otros 14 legisladores si empezó con 29? Exactamente así como lo imagina el lector, ha realizado una serie de cabildeos y compra de voluntades utilizando distintos argumentos: desde el pregón de su cercanía con lópez Obrador, los recursos para programas sociales según acordados por el Senador José Narro con Gabriel Hernández (al menos eso presume el Senador), hasta la promesa de reelección o la garantía de que pueden designar candidaturas en territorios clave. ¡Vaya tomada de pelo! Ahora resulta que la dirigencia petista transmuta de políticos a adivinos.

Claro está que todas estas acciones cargadas de menosprecio al electorado realizadas por el PT no sorprenden a nadie, así ha actuado desde sus inicios, quizá lo sorprenderte es el alto grado de tolerancia que sobre estos hechos ha mostrado hasta el momento el presidente. Las razones son nada entendibles, en principio porque no tiene relación cercana con la dividida dirgencia petista, ni siquiera los recibe en Palacio Nacional, no ocupa en lo más mínimo una alianza con este partido para 2021; no le representa competencia a su marca propia (MORENA), mucho menos a su figura, además de qué tiene en claro los casos documentados de corrupción y las acusaciones de enriquecimiento familiar de los allegados a sus principales líderes. Todos estos elementos causan cierta inquietud dentro y fuera de MORENA a varios “analistas” que no tienen clara la postura de AMLO sobre este partido. No obstante lo anterior, hay otra posibilidad que explica la inacción o cuando menos la falta de algún pronunciamiento de Andrés sobre el petismo y es que quizá, en la estrategia del presidente, resulte más coveniente permitir que el PT realice todas sus negociaciones hasta el desgaste que lo termine desdibujando y enfrentando con sus otrora aliados de la Coalición Juntos Haremos Historia. Algo así como lo que hace ahora López Obrador con Felipe Calderón: dejarlo avanzar en la construcción de su partido, dividir al PAN y aplastar electoralmente lo que quede de ambos lados. Si esa fuera la lógica de López Obrador, ese viejo lobo de mar que hemos señalado en buena lid, el PT pondría en riesgo la posibilidad de construir una alianza electoral en 2021 y, en consecuencia, terminaría con las mismas preferencias electorales que tiene el PRD para el próximo año: no más del 4%

La ambición por la mesa directiva atraerá graves consecuencias para el partido del tabajo, también para los legisladores que sucumbieron a otro tipo de ambiciones y se sumaron a esa bancada, como reza el dicho: en el pecado llevarán la penitencia, porque al final de cuentas, a pesar de las maniobras ilegítimas, es casi imposible que no sea el PRI quién encabece la mesa directiva, lo que dejará al PT mal con unos y con otros, sobre todo con los que escucharon el canto de las sirenas.

Finalmente este tipo de acciones del PT son las que han hartado a la ciudadanía y parece que no aprenden la lección, caso similar representa el PVEM cuya fuerza no pasa de la ficción. El actuar parasitario de estos dos partidos cada vez le va generando mayor irritación a Andrés Manuel pues lo ve contrario a sus planteamientos y lo que es peor: MORENA no es capaz de poner orden en el Senado, el Congreso y mucho menos en su vida interna. Por eso toma relevancia el próximo proceso electoral en el que aparecerán nuevos partidos y en el que participarán otros colectivos y organizaciones en eso que va adquiriendo cierta fuerza en la opinión pública y que le llaman “tercera vía” donde un partido de la agonizante Juntos Haremos Historia va avanzando de manera mesurada y leal al lópezobradorismo, pero aún falta ver que decide AMLO.

POR MARCO ANTONIO ORTIZ SALAS

SECRETARIO GENERAL DE LA COALICIÓN DE ORGANIZACIONES DEMOCRÁTICAS, URBANAS Y CAMPESINAS, CODUC A.C.